Alegría, entusiasmo y expectativa se conjugaron minutos antes de que iniciara el espectáculo que roba el corazón a propios y visitantes, la edición 87 de la Guelaguetza -atracción principal para el turismo del mundo a Oaxaca-, estaba a punto de inIciar.
Adentro del Auditorio Guelaguetza el público se organizó en vitoreos y aplausos de ánimo para que iniciara, la espera estaba a punto de terminar y la presencia de la Diosa Centéolt 2019, Lilia López Hernández, lo confirmó.
Al subir a la rotonda de la azucena se manifestó la diversidad cultural, la belleza de las mujeres de las ocho regiones del estado dejaron de manifiesto el regalo de ofrenda.
El Cerro del Fortín fue el centro de enunciación para que se demostrara la pasión y el amor por la identidad de las raíces de la tierra oaxaqueña.
En punto de las 10 horas comenzó el programa matutino que abarcaría las cuatro horas siguientes y que llenó el aforo del Auditorio Guelaguetza.
Aunque su presencia no estaba confirmada, la oaxaqueña nominada al Ariel apareció vistiendo una sonrisa y portando un vestido estilizado, de la mixteca, bordado en telar de cintura.
Uno a uno sus seguidores, de todas las edades, buscaron la oportunidad de tomarse una foto con ella.
No hubo poder humano ni equipo de seguridad que impidiera que niñas, niños, señoras y algunos jóvenes se 'colaran' para fotografiarse con la protagonista de la película Roma.
La cosmogonía de una tierra plasmada en la ropa que portan las delegaciones de cada rincón de Oaxaca se acompasa de la música que ejecutan las bandas oaxaqueñas
Himno a la Diosa Centéotl
Con el saludo de Lilia López Hernández, Diosa Centéotl 2019, dio comienzo la Guelaguetza en su edición matutina.
Elegida el uno de julio entre 41 participantes de todo el estado, justamente para presidir las fiestas del Lunes del Cerro, ella encabezó la primera edición de la Guelaguetza.
Con orgullo, humildad y alegría, la representante afrodescendiente, originaria de Loma Bonita, disfrutó del tributo dancístico que le ofrecieron por representar a la deidad del maíz.
El espectáculo ya había arrancado y los ánimos no fueron inmejorables, la emoción a flor de piel arrebató de su asiento al más serio para recibir a las Las Chinas Oaxaqueñas de Casilda.
Esta delegación de los Valles Centrales se conforma de mujeres de la clase popular quienes portan con gallardía canastas enfloradas con motivos religiosos.
Ellas son las partícipes de las calendas y quienes invitan al público a gozar de esta celebración, precedidas del conjunto de chirimiteros y tamborileros, el grupo de faroleros, las madrinas, los monos de calenda y la banda de música que interpreta el tradicional Jarabe del Valle.
La rotonda de la Azucena que desde hace 87 años se abarrota en los dos últimos lunes de julio dejó lucir a las delegaciones participantes en la edición matutina de los lunes del cerro
Viaje por las regiones del estado
Con el rapto y la llevada de baúl el escenario fue invadido por la delegación de Chicapa de Castro, que por primera vez se presenta en la Guelaguetza.
Desde el Istmo de Tehuantepec, los participantes recrearon el acto donde el novio convence a la mujer para fugarse a la casa de él simulando un rapto.
Posteriormente se efectúa la boda en la que se realiza el tradicional 'mediu xhiga' o son de cooperación, al término de este se lleva el baúl a la casa del novio, el cual es obsequiado por la mamá de la novia, el cual contiene los presentes de la boda.
Otra delegación novel en la Guelaguetza fue la de Chalcatongo de Hidalgo, de la Mixteca, con su grupo de Chilolos quienes ejecutaron su tradicional danza.
Hay que recordar que durante la época de la colonia esta danza de reminiscencia prehispánica evolucionó como danza de protesta en contra de los españoles por los nativos de esta comunidad, cuyo afán era ridiculizar a los hombres blancos y barbados.
En la actualidad esta danza es de carnaval.
De la Sierra Sur llegó con su alegría característica la delegación de Villa Sola de Vega para compartir su Fiesta Solteca.
En esta población se acostumbra a bailar en las diferentes festividades El jarabe de la Rosa sin faltar el tradicional mezcal tobalá, bebida distintiva de esta población y la interpretación de las chilenas: El toro rabón, La margarita, El zopilote, Arrincónamela y el gran cierre con la chilena Sola de Vega.
Al término de cada baile los asistentes se pusieron de pie no solo para aplaudir, sino para pedir su guelaguetza, muchos alzaron las manos para recibir alguna fruta, artesanía de palma, bolsita de café o panes.
Mientras los bailarines de la delegación siguiente en subir a la rotonda se preparaban en los pasillos.
Desde la región de la Cañada, del pueblo mágico de Huautla de Jiménez, llegaron los sones mazatecos, quienes representaron La mayordomía y la labrada de cera, que se realiza tradicionalmente un día lunes por la mañana, en la casa del primer mayordomo, donde se disfrutan los alimentos y algunas bebidas.
Las delegaciones del Istmo de Tehuantepec no podían faltar
El pueblo de Yalitza
Y con una actitud de orgullo por volver a estar en la Guelaguetza, la delegación de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, llegó para bailar sus sones y jarabes.
Yalitza Aparicio se puso más atenta para registrar con fotos y videos la participación de su municipio y documentar: La petenera, El toro, La vaca, La Sarna, El borracho, Los enanos y la infaltable Canción Mixteca, de José López Alavez.
De la Sierra Norte llegó la delegación de Santa María Tlahuitoltepec, para presentar sus tradiciones sones mixes, los cuales tienen la creencia de que los une a su comunidad y los fortalece junto a la madre naturaleza.
De la Villa de Zaachila, realizaron una gran entrada los danzantes de la pluma, quienes dejaron en claro por qué es una de las más esperadas.
Esta danza es una de las muchas danza de conquista que se bailan en México, está compuesta por himnos, chotis y sones.
Este baile representa la conquista de los aztecas por parte de los españoles.
El público presenció el bando de los aztecas encabezados por Moctezuma.
La sorpresa de esta edición la dio la actriz Yalitza Aparicio, quien se mostró de buen humor
De la región de la tierra alegre y festiva, llenos de picardía subieron al escenario los bailarines de la región de San Pedro Pochutla, esta delegación costeña ejecutó sus tradicionales sones pochutlecos, mismos que se derivan de los animales característicos de esta región.
El público presenció: El perro, El quirio, El cotón, El Zopilote, El arriero, El zanate, El toro y La india.
"¡Llegó Tuxtepec!"
El viaje de subir y bajar por la carretera, para llegar a la ciudad, valió la pena.
La delegación de San Juan Bautista Tuxtepec llegó para enorgullecer aún más el corazón de los oaxaqueños y pintar de colores el escenario.
¡Baila, baila flor de piña! y con alegría las mujeres portaron sus huipiles hilados en telares de cintura, por manos de mujeres de San Felipe Usila, Soyaltepec, San Lucas Ojitlán, Jalapa de Díaz, San Pedro Ixcatlán y Valle Nacional.
Del Istmo de Tehuantepec nuevamente se lucieron los huipiles bordados a mano, para presentar la bajada de flor de la montaña en honor a San Pedro Martir.
La delegación de San Pedro Comitancillo bailaron los sones tradicionales.
En los pasillos ya esperaban los integrantes de la delegación de los Valles Centrales, de Ocotlán de Morelos, para interpretar La llevada del Guajolote, como una ofrenda de parte de la familia del novio a la familia de la novia, ritual que se realiza el viernes anterior al domingo de la boda.
Jarabes y dianas para la fiesta y chocolate y mole negro para el paladar.
El gran cierre estuvo a cargo de la delegación de Putla Villa de Guerrero, que con su carnaval putleco, sones y chilenas, se robó los aplausos más entusiastas de los asistentes.
Con sus característicos tiliches y otros personajes encarnaron su Carnaval Putleco para dejar satisfechos a los miles de asistentes a la edición matutina del primer Lunes del Cerro.
