Oaxaca.- Los temores quedaron atrás. La máxima fiesta del folclor oaxaqueño, de la algarabía, de la hospitalidad y de la música, colmaron el auditorio del cerro del Fortín, en la presentación matutina del primer Lunes del Cerro.
“Los problemas sociales son algo muy independiente; la cultura y tradiciones de Oaxaca no tienen que pagar estos costos, debemos de sentir un amor por nuestra tierra y por nuestra gente”, dice Diana Saraí, una bailarina de Pinotepa Nacional entrevistada.
Rostros juveniles, adolescentes con ánimos de bailar a su pueblo y a los visitantes, la mayoría de quienes integraron las delegaciones que presentaron sus tradiciones, costumbres y ceremonias.
De la Costa con Pinotepa y Huaxpaltepec, a la Sierra con Ayutla, la Cuenca con Tuxtepec, la Mixteca con Huajuapan y el Istmo con Unión Hidalgo, entre otras regiones, fueron los animadores por tres horas y media en un escenario ahora techado con una velaria.
Fue un día que inició nublado en la capital, con ligera llovizna, con un poco de frío, que al paso de la mañana y al mediodía cobró calor con los bailes y la música característica de los pueblos originarios.
Primerizas y felices
Esther Coheto formó parte por primera vez de la delegación de San Juan Bautista Tuxtepec; hace ocho meses atendió la convocatoria, se presentó al “casting” y logró ingresar. La estudiante de bachillerato en el CBTIS 107 estuvo feliz por haber participado en la magna fiesta.
“No hubo temor por las protestas, claro que no, estábamos muy seguras que todo iba a salir bien y así fue. La Guelaguetza es una fiesta muy grande que no debemos perjudicar, así que no creo que vaya a suceder ningún incidente”, dice la adolescente.
Otra primeriza es Mayra Yesenia García, originaria de San Pedro y San Pablo Ayutla, también bachiller, que se integró hace no más de un mes, y quien con orgullo porta la vestimenta Mixe.
“Creo que la fiesta es para convivir como hermanos mexicanos, no creo que haya problemas; en mi caso me interesó y me integré a la delegación, me gusta y represento con orgullo a mi etnia”, asegura.
Otra más es Diana Saraí, cuya delegación de Pinotepa Nacional tuvo complicaciones para salir de ese municipio, vecino del estado de Guerrero; tantas problemas por el bloqueo carretero que no llegaron el sábado para participar en la calenda. Pese a ello el ánimo no decae.
“Me siento muy orgullosa de representar a mi pueblo, a mi región y las costumbres y tradiciones de Oaxaca; los problemas son algo muy independiente, la cultura y tradiciones de Oaxaca no tienen que pagar estos costos, debemos de sentir un amor por nuestra tierra, expone la adolescente que participa por tercera vez en una Guelaguetza.
Alegría contagiosa
Tras la llegada del gobernador Gabino Cué Monteagudo con sus invitados especiales, entre ellos el titular del Poder Judicial, Alfredo Lagunas Rivera, inició puntual la celebración, con el anuncio de la Chirimía, al ritmo de tambores y silbatos tradicionales.
Cruzó el escenario la Diosa Centéotl 2016, Leticia María Reyes Salinas, originaria de Santiago Jamiltepec, quien se sentó al lado de las autoridades para presenciar el paso de las delegaciones.
Abrió luego la 84 edición de la fiesta la presencia de las “Chinas oaxaqueñas”, representantes de los Valles Centrales, con mujeres ataviadas con coloridas canastas y canastos con flores en la cabeza.
Poco entusiasmo con Santa María Huatulco que presentó sus sones y chilenas, al igual que los costeños de Santiago Llano Grande, que por primera vez participa en la máxima fiesta folclórica, con la presentación de la “Danza de los Diablos”.
Siguió Miahuatlán de Porfirio Díaz con su “Palomo Miahuateco”, y que hasta ese momento mantenía un ánimo similar al del día, nublado y frío.
Ceremoniosos los paisanos de la sacerdotisa María Sabina, los mazatecos de Huautla de Jiménez, con su “Lavado de cabeza de los novios”, para luego dar paso a Tlacolula de Matamoros, de los Valles, con su tradicional mayordomía y el “Jarabe del Valle”.
Sube de tono
Poco a poco, cerca del mediodía, el ambiente se tornó alegre, primero con la aparición de la delegación de El Espinal, municipio istmeño, y luego los “jamás conquistados” de San Pedro y San Pablo Ayutla Mixe, con sus sones y jarabes.
Los primeros gritos y aplausos surgieron con la majestuosa “Danza de la Pluma”, interpretada por la Villa de Zaachila. El éxtasis y los aplausos, con la música y coreografía de San Juan Bautista Tuxtepec, con sus huipiles multicolores al ritmo de la “Flor de Piña”.
Un momento de remanso, con la delegación de San Andrés Huaxpaltepec, con su mayordomía y fandango; mujeres y hombres portaron un moño en el pecho, en señal de luto.
De nuevo la algarabía, sombreros al aire y gritos, con el “Jarabe Mixteco” y la “Canción Mixteca”, de Huajuapan de León, con sus ágiles bailarines.
Llegó el garbo y la majestuosidad de los trajes de gala de las mujeres istmeñas de Unión Hidalgo, para dar paso nuevamente a no menos admiradas mujeres y hombres de Pinotepa Nacional, con sus sones y chilenas, que cerraron con pícaros versos.
Alrededor de las 13:30 horas culminó la fiesta con la mezcla de los varios grupos en el escenario, sin contratiempo alguno.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca, hubo un saldo blanco en la jornada matutina.
