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Cinco delegaciones de Oaxaca se quedan sin Guelaguetza: Tlaxiaco, Sola de Vega, Usila, Tecoátl y Solaga

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Descuidos para preservar su cultura, conflictos internos o desinterés político de sus autoridades impidieron que delegaciones como Villa Sola de Vega, la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, San Andrés Solaga, San Jerónimo Tecoátl o San Felipe Úsila se presenten en la Guelaguetza.


Así lo reconoció uno de los integrantes del Comité de Autenticidad, Fernando Rosales García, quien se refirió a esa “deformación musical” que algunas delegaciones han presentado porque los ritmos dejaron de tocarse con las bandas tradicionales y ahora se opta por grupos norteños, lo que incide en el zapateado o incluso en cambios en la indumentaria.


Sin referirse a alguna delegación en específico, si destacó que durante las visitas a las 93 comunidades de delegaciones que solicitaron participar en esta edición de la Guelaguetza se encontraron algunas con “una mala presentación” o “falta de trabajo dancístico”.
 


Les faltó


De las cuatro delegaciones de la región de la Cañada que solicitaron participar, sólo se aceptó a la de Huatla de Jiménez, porque las otras no comprenden aún la mecánica para presentarse en un escenario o carecen del apoyo de una persona que les auxilie en la coordinación.


“Tener una persona que los coordine no debería ser un factor determinante”, aclaró, pero a la vez insistió que para bailar en el Auditorio Guelaguetza si se requiere “una formación coreográfica, pasos, una dinámica continúa o pareja”.


Por tratarse de danzas asociadas a festividades patronales momentos importantes de la comunidad, suelen bailarse “como quieren o se les antoje”, pero “para el cerro se requiere un tratamiento para que a la gente le guste y lo entienda”


Sin embargo, a la vez lo que se baila los Lunes del Cerro “debe ser la consecuencia de lo que se baila en las comunidades, porque si no, se cae en una falsedad”.


E insistió: “No es un espectáculo de fin de curso donde se viste al niño, baila y no vuelve a repetirlo, no es para un día, que las delegaciones regresen a la comunidad y se acabe, debe haber una retroalimentación que permita que los Lunes del Cerro vivan con las comunidades".


Pero también ese sincretismo entre tradición y espectáculo implica contradicciones. Mientras en las comunidades los bailes se dan en las calles, la casa del mayordomo o el atrio de un templo católico, bailar en la Guelaguetza implica hacerlo en un escenario formal que maraville a quien lo ve.
 


Las novedades


En contraparte a las delegaciones ausentes, están las que se presentan por primera vez, como la de San Andrés Zautla con su danza de jardineros, o San Pedro Tapanatepec, del Istmo de Tehuantepec, que durante 5 o 6 años insistió en presentar su tradición viva en torno a los cambios de ropa de los santos patronos.


Fernando Rosales aseguró que la delegación de Santa María Alotepec, que también se presenta por primera vez con sus sones y jarabes mixes, hará “una bellísima representación que además de ser tradición viva, es una parte ceremonial con una rítmica e indumentaria significará una sorpresa”.

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