Como ningún otro estado del país, en Oaxaca el empleo es precario. Así lo demuestran los resultados del segundo trimestre del 2017 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
Se trata de 805 mil personas de más de 15 años que están ocupadas. En el caso de 433 mil de ellas, su ingreso no supera un salario mínimo. De las otras 372 mil personas su situación es todavía peor, no perciben un ingreso, ya sea porque son trabajadores dependientes no remunerados o porque se dedican a actividades de autosubsistencia.
El campo es donde se contabilizó al 80 por ciento de ese grupo, 298 mil personas que siembran granos como el maíz o crían animales para su autosuficiencia, sin lograr si quiera un excedente para comercializar y obtener ingresos.
El otro 20 por ciento se dedica al comercio, sobre todo en pequeñas tiendas de abarrotes que se mantienen abiertas por la ayuda familiar, sin oportunidad para costear sueldos de empleados.
De las 433 mil personas que reciben hasta un salario mínimo, la mayoría, 223 mil 281, son mujeres, por encima de los 209 mil 862 hombres.
Es el sector agropecuario es el que agrupa el 32 por ciento de las personas ocupadas con un salario mínimo como ingreso. Aquí sí son 124 mil 930 hombres los que predominan, cantidad diez veces más comparada con las 12 mil 331 mujeres que tienen ese nivel de ingreso en esa actividad.
Después del sector agropecuario el de servicios concentra el 26 por ciento de las personas que perciben hasta un salario mínimo. A partir de ahí las cifras en cuanto a género empiezan a invertirse.
Mientras 38 mil 476 hombres están en este sector, casi el doble, 74 mil 243 mujeres lo dominan, pues son ellas las que principalmente se dedican a la elaboración y venta de comidas en fondas o restaurantes pequeños.
En las actividades manufactureras a las que se dedica el 22.5 por ciento de ese universo de personas que percibe hasta un salario mínimo, vuelven a ser las mujeres las que cuadruplican su presencia al contabilizar el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a 78 mil 253 que se dedican a elaboración de tortillas o artesanías, mientras que los hombres suman 19 mil 291.
Además, las 372 mil personas que en el trimestre de abril a junio no recibieron ingresos, superan por 64 mil a las 307 mil personas que INEGI reporta con un empleo formal, el privilegio de la minoría. Quedar fuera de la formalidad significa entrar al esquema de ingresos bajos o inexistentes.
De esas 307 mil personas, sólo el 7.6 por ciento, es decir 23 mil 434, gana un salario mínimo; 21.8 por ciento, que equivale a 69 mil 908 personas, entre uno y dos salarios mínimos.
Otros 69 mil 415 personas, que es el 22.6 por ciento, perciben entre dos y tres salarios; y otro 22 por ciento, que comprende a 66 mil personas, entre tres a cinco salarios mínimos. Son 24 mil 494 personas, sólo el ocho por ciento, quienes reciben más de cinco salarios mínimos, pero el 18 por ciento de los censados no especificó su ingreso.
