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Mudanza de mercaderes, a ritmo de cumbia

Foto(s): Cortesía
Redacción

Oaxaca.- “No te voy a perdonar, no te voy a perdonar, por lo que hiciste conmigo, tú lo tendrás que pagar”, suena a todo volumen la interpretación del grupo Cañaveral en la primera calle de Flores Magón, donde el trabajo febril de levantar 480 casetas de madera y lámina en siete calles del Centro Histórico acompaña a la música con golpes de martillo y el ruido sordo de las motosierras.


A un costado del palacio de gobierno la actividad es ardua y los inconvenientes muchos: utilización de las banquetas para la instalación de puestos, bloqueo de las rampas para personas con capacidades diferentes, utilización de los espacios como sanitarios al aire libre, un nulo respeto a los derechos de los transeúntes y la obstrucción de la visibilidad a monumentos históricos en pleno periodo vacacional.


En la esquina que forman las calles de Valerio Trujano y Flores Magón el reacomodo de los locatarios del mercado 20 de Noviembre se torna en caos. Frente al templo de la Compañía de Jesús un grupo de cinco trabajadores corta tablas, con el fin de ir armando las casetas que se colocarán bajo el toldo blanco que ocupa la banqueta frente a la iglesia. Solo se libra la puerta, pero en alrededor del pequeño atrio, protegido por una pared de cantera verde y verja de hierro, se levantan las casetas como muros infranqueables.


La esquina, donde se encuentra la rampa para personas con capacidades diferentes quedó obstruida en las dos direcciones con tubos metálicos, mecates de plástico y polines de madera.


Enfrente, sobre la calle de Flores Magón, en la esquina donde los gruesos soportes sostienen los arcos de medio punto de cantera verde, también se mide el espacio, no mayor de tres metros, para colocar más casetas. En realidad, la reubicación es un ejercicio de distribución de áreas en todos los lugares posibles.


Funcionarios privilegiados


De ese lado, entre el acceso al Museo del Palacio y el acceso al palacio de gobierno, también se colocan toldos blancos sobre la banqueta, para acomodar a otros comerciantes más, aunque se deja libre el acceso en automóvil hasta el edificio gubernamental.


Para eso, en la primera calle de Trujano los puestos también se ubicarán sobre la banqueta, del lado del templo de la Compañía de Jesús, para proporcionar un carril a los automovilistas. ¿Casualidad o privilegios de la clase en el poder?


Los trabajos son incesante en la primera calle de Trujano, primera y segunda de Flores Magón, tercera y cuarta de 20 de Noviembre, segunda de Aldama y primer y segunda de Aldama. Invariablemente se privilegia a los comerciantes y automovilistas ante el peatón, quien tendrá que transitar abajo de la banqueta, entre mecates, cables y un sin fin de obstáculos.


El administrador del Mercado 20 de noviembre, Benito Juárez y Artesanías, Melitón Lavariega Torres, reconoce que la salida de los locatarios a las calles del centro de la ciudad es molesto, “pero los trabajos de remodelación del 20 de Noviembre bien valen la pena”.


“Hace mucho tiempo que no se hacía esto y ya era necesario porque el mercado tiene graves desperfectos en sus sistemas de energía eléctrica, sanitaria y de agua potable, por eso el presidente municipal Javier Villacaña Jiménez hizo la gestión necesaria para obtener los recursos, pero sí se causan algunos problemas”.


Mientras recorre las calles en torno a los mercados para verificar que los espacios se distribuyan conforme a lo planeado, asevera que los trabajos de re acondicionamiento del Mercado 20 de Noviembre están programados para ejecutarse en cuatro o cinco meses, “pero nosotros prevemos seis meses porque siempre existen algunos inconvenientes”.


E insiste: “Era necesario, era necesario”.


En tanto,  la música de Cañaveral continúa... “Tu decidiste dejarme,yo no lo pude evitar, se que dejaste de amarme, con esto me vas a matar”.

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