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Artesano de máscaras rescata la tradición

Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

SANTO TOMÁS MAZALTEPEC, Oaxaca.- Con cincel y martillo en mano, talla aquella madera de árbol de zompantle que poco a poco va tomando forma; aquel tronco se transforma en un ser de ojos grandes, con dientes filosos, nariz pronunciada, sonriente o enojado, todo depende del ánimo del creador.


Pedro López Jiménez es un artesano novato que en sus piezas ha demostrado un talento inigualable; desde hace siete meses ha elaborado máscaras que se utilizan en las comparsas de Día de Muertos o como pieza de ornato.


Añeja tradición


En la comunidad es tradición que el primero de noviembre se realice una comparsa donde participan hombres, mujeres y niños de Mazaltepec, Etla.


El año pasado, Pedro López no contaba con los recursos para comprar una máscara; gracias a esto, comenzó a trabajar en una de madera y el resultado fue, para muchos, sorprendente.



La madera se va transformando en el rostro de un ser con rasgos sobrenaturales.  FOTO: Giovanna Martínez

Su familia lo motivó a continuar con el talento que en su máscara plasmaba; Pedro comenzó a elaborar otras piezas con el mismo resultado, llamando la atención de propios y extraños, quienes han adquirido una pieza a precios accesibles.


Compleja elaboración


La madera de zompantle es húmeda y requiere que seque, lo cual toma al menos seis meses para que el artesano pueda trabajarla. Después, hay que cortarla con los cinceles que previamente mandó moldear con el herrero y empieza a tallarla.


Luego de que el artesano consigue la estructura, con lijas pule la máscara para darle detalles al rostro. Enseguida se decora, para lo cual ocupa pinturas, cuernos de chivo, borrego o toro; si requiere cabello, bigote o barba, se ocupa el pelo de piel de venado o caballo; para grandes extensiones, se requiere de la fibra vegetal del maguey, el ixtle.


Este proceso le lleva al menos 15 días al artesano; al tacto, la máscara no es pesada y se puede usar en comparsas durante varias horas.


Rescate cultural


Pedro López asegura que los abuelitos de la comunidad elaboraban sus propias máscaras para participar en las comparsas. La madera de árbol de zompantle era aliada para hacer estas piezas.



Los cinceles son elaborados de manera especial por el herrero, para que corten este tipo de tronco.  FOTO: Giovanna Martínez

Con los años, fueron sustituidas por máscaras de látex o hule espuma, que se han hecho famosas entre los barrios.


El artesano, de 40 años de edad, tiene un objetivo: rescatar la tradición y poder volver a poner este tipo de máscaras en circulación para que sean usadas en las tradicionales comparsas de noviembre.


“Las comparsas nos gustan, somos fiesteros y las fechas de muertos es la época que más se disfruta y que reúne a la comunidad; de ahí me inspiré para elaborar las máscaras”.


Los sueños de un creador


El creador de estas máscaras se dedica a la venta de pollo; en su vivienda adaptó un espacio para poder elaborar estas piezas artesanales.



Pedro López Jiménez, artesano de Mazaltepec, elabora máscaras de madera del árbol de zompantle.  FOTO: Giovanna Martínez

Días atrás estuvo a punto de amputarse un dedo, pues el trabajo de tallado requiere trabajar con objetos filosos. Pero esto no lo detuvo, al contrario, lo impulsó. “El gusto de estar trabajando nos alienta a seguir”.


Hasta el momento no ha comercializado ninguna máscara fuera de su localidad, desea que en algún momento sus máscaras trasciendan y sean del gusto de otras personas que deseen adquirirlas a un precio accesible.


Con la venta de estas máscaras podría adquirir más herramientas y crear diseños más complejos. Uno de sus sueños es tener un taller y enseñar a las futuras generaciones, además de dar a conocer su trabajo mediante exposiciones y tocar puertas para incursionar en el mundo de las artesanías en la capital y el país.

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