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“Torpe” millonario Xulio Guillén

Foto(s): Cortesía
Redacción

GUADALAJARA, Jalisco.- Jugar al torpe le ha resultado bien a Ashton Kutcher a lo largo de 17 años, pues desde que se dio a conocer en That's 70 Show y Dude, Where's My Car la imagen del tipo distraído y simplista lo ha perseguido por ya casi 40 títulos (en su mayoría comedias), sin embargo, esto no es estigma para él, sino un hobby bien pagado, pues ha sabido lucrar con su pinta. Tanto así, que en su último proyecto (Two and a Half Men) recibía 24 millones de dólares por temporada.
Su fortuna está valuada en 140 millones de dólares y sorprendentemente, la mayoría de su capital no proviene de la actuación, sino de su carrera financiera; pero ambas siempre correlacionadas, ya que en los dos terrenos, queda implícito el ocio, el entretenimiento, y claro, su careta de tardo, que le ha servido de bluff para posicionarse como un gran jugador.
"Me gusta estar a la vanguardia en todo lo que hago. Me gusta tomar riesgos y reflexionar en lo que consumirán las nuevas generaciones", contó el actor, refiriéndose a su faceta de actor, como de empresario.
Sus intereses en la comedia, la tecnología y el capital de riesgo le han creado un perfil muy particular en Hollywood -y en Sillicon Valley-, por lo que su manejo de dinero dista mucho del de otras celebridades. Él no es uno más de los que invierten en restaurantes, bienes raíces o productoras, más bien su apuesta va encaminada a las nuevas tecnologías.
Su fortuna entonces también viene del éxito de Uber, Airbnb, Spotify, Shazam, Flipboard, Foursquare, Soundcloud, Pinterest, entre muchas otras compañías de índole digital de las que es reconocido socio.
Su talento visionario también lo llevó a invertir en Twitter mucho antes de que se popularizara, e incluso adquirió acciones de Skype, en 2009, dos años antes de que Microsoft comprara esta plataforma por 8.6 mil millones de dólares, en donde triplicó su dinero. Con Uber, él fue de los primeros en apoyar esta plataforma con 500 mil dólares, los cuales, según reportes, a la fecha, se han multiplicado por 100.
El secreto, aseguró, es pensar en las necesidades cotidianas de las personas, sin rivalizar con las compañías de los servicios ya establecidos en estos ámbitos (se trate de hotel, música o taxis, etc.) y encontrar oportunidades para empoderar al usuario con la idea de ser los dueños de todo lo que usen.
Esta aventura financiera se da través de A-Grade Investments, empresa que Ashton fundó en 2010 junto con Guy Oseary (mánager de Madonna) y Ron Burkle, afamado inversionista billonario de Los Ángeles.


Humor visionario
Atender las necesidades básicas es su cometido como empresario y como actor, de ahí que hacer reír también sea una encomienda a la que esté muy comprometido. La comedia es una inversión que le ha dado prestigio en el género, pues ha participado en casi todas las formas en las que se ha presentado a través de los años.
"Mi sentido del humor no ha cambiado, la verdad es que no creo que eso cambie, pues va ligado directamente a tu personalidad, lo que sí ha evolucionado es la forma de adaptarme a los distintos tipos de comedia", dijo Ashton, quien actualmente estelariza The Ranch, comedia de Netflix sobre la clase trabajadora de Colorado, en donde interpreta a un deportista que vuelve a casa de sus padres para ayudar con el negocio familiar.
Su interés en Netflix, aunque tardío, es firme, y pretende sea innovador, pues la libertad que le ofrece esta plataforma lo ha atraído para crear una apuesta humorística distinta.
"Las sitcom (comedias de situación) se han descuidado y es bueno recuperar tradiciones como las de ese formato, algo por lo que me interesó hacer esta serie, en especial con una historia centrada en la clase obrera trabajadora del centro de Estados Unidos, algo que casi no se explora al momento de pensar en entretenimiento".


De todo aprende
Son muchas las películas cómicas que ha hecho, pero son pocas las series de televisión en este género, dado que elegir hacer reír cómo hacer reír no es tarea sencilla, pues tiene muy marcado el estilo en el que se siente cómodo.
"Mis comedias favoritas siempre suelen tener figuras Archie Bunkerezcas (refiriéndose al protagonista de la comedia setentera All in the Family), personajes que pueden decir y hacer lo que quieran y siempre salirse con la suya, pues tienen una gran personalidad y presencia que impone a donde llegan", dijo el actor, quien ha estelarizado comedias de este tipo, como That's 7' Show y Two and a Half Men, y que ahora repite la fórmula con The Ranch, gracias a la presencia de Sam Elliot, quien interpreta a su severo padre.
"Por más pacífico que sea el ambiente. Si legitimizas al personaje y lo haces empático a su mundo y al mundo real, puedes lograr cosas increíbles, pues todo girará alrededor de él y eso es lo que me atrae al momento de elegir un proyecto. Claro, habrá veces en las que puedas equivocarte en tu intento por perpetuar un estilo, pero eso no debe detenerte, a mí no me ha impedido reinventarme bajo las normas de las nuevas plataformas y generaciones".
Pese a ser el payaso de las historias, Ashton esta vez es más astuto, dado que su madurez como padre de familia lo ha moldeado a ser alguien más reflexivo. De hecho, a él no lo hacen reír tan fácil, reveló, pues como espectador, lo que más le divierte es complejo: la actitud positiva frente a los obstáculos le maravilla al grado de la alegría y las carcajadas detonan cuando las situaciones de malas interpretaciones llevan a momentos únicos.
"Todo lo que está relacionado con la idiosincrasia de las personas es lo más divertido, por más trivial que parezca".

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