Panteón de San Miguel, del llanto a la algarabía
Estremecen las lágrimas de niños o jóvenes mientras entierran a alguien quien, para tí, es un desconocido y por lo que ellos sufren; observar a los adultos envueltos en llanto antes de colocar la cruz o notar la serenidad y aceptación de los viejos ante la muerte, es la experiencia diaria que afronta el encargado del panteón de San Miguel, Dagoberto Hernández Cruz.
"Es muy duro ver el sufrimiento de las personas cuando un ser querido se adelanta en el viaje y nos toca inhumar al difunto, nos hace pensar que aquí vamos a parar todos".