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Exitosamente concluye el Primer Festival de Danza y Sanación de Oaxaca

arte-oaxaca
Foto(s): Cortesía
Redacción

Abdiel Villaseñor 

 

Del uno al 16 de noviembre Oaxaca se convirtió en escenario para la danza contemporánea gracias al Primer Festival de Danza y Sanación que desde la postura independiente fue dirigido por Rosario Ordoñez Fuentes y Vangelis Legakis, creadores escénicos autogestivos que imaginaron, gestionaron y materializaron un encuentro internacional de danza en el que los valores culturales de Oaxaca dialogaron con las propuestas artísticas de danza y música que integraron el programa del festival en su primera edición. 

Con el principal apoyo del maestro Sergio Hernández, el festival cumplió con su misión de ser una plataforma para el encuentro sensible y de experiencias transformadoras entre las artes escénicas y la sociedad oaxaqueña.

La temporada de funciones dio cuenta de propuestas estéticas con altos estándares de calidad al programar artistas nacionales y extranjeros de prestigio mundial en la danza como Akram Khan Company de Reino Unido, Christian Ben Aïm de Francia, Tadashi Endo de Japón, Darlingbuds Collective de Italia, Seo Jeong Bing de Corea del Sur, LiorTavori Dance Company de Israel, Yoann Bourgeois Art Company de Francia y Lukas Avendaño, Laura Vera, Evoé Sotelo y Benito González de México. 

Además de talleres con Pau Arán de Alemania, Alex Blondeau de Francia, Jasper Narváez y Nico Ricchini de la Akram Khan Company, dirigidos a la comunidad de danza de Oaxaca, así como un taller especial para preadolescentes y adolescentes facilitado por el bailarín mexicano radicado en Nueva York, Ariel Bonilla. Por su parte, la programación musical estuvo integrada por conciertos de Niklas Paschburg de Alemania,  Sheffy Oren Bach de Israel y Praful de Alemania, propuestas sonoras con enfoque de música medicina.  

Mención aparte merece la inclusión de dos proyectos de residencias artísticas con creaciones de estreno, a decir, “Membrane” y “Amoebas” de Darlingbuds Collective de Italia y “Vértigo” de Christian Ben Aïm de Francia con un elenco mexicano integrado por los creadores escénicos Rosario Ordoñez, Toto y Abdiel Villaseñor. 

Los montajes fueron producidos por el Festival durante tres semanas de trabajo creativo en Oaxaca. Con estas actividades el festival se posiciona como uno de los pocos espacios en México con financiamiento para procesos de creación colectiva a través de residencias artísticas.

 

 

Un novel festival

 

El nacimiento de un nuevo festival de danza en México representa un espacio más para vivir las artes escénicas y una posibilidad para el encuentro, no sólo entre el gremio de artistas sino con públicos nuevos quienes le dan sentido al extenuante trabajo de gestión que implica levantar un proyecto de altos vuelos como este. 

En tiempos en los que los recortes presupuestales al sector cultural en México son evidentes, producir un festival cubriendo los requerimientos y condiciones materiales para la presentación de obras nacionales y extranjeras es un ejercicio de dignificación del trabajo profesional de la danza en el país.  Será deseable que la participación de artistas mexicanos en plataformas como esta se traduzca en una mayor exigencia en su relación con las políticas culturales públicas y lo que ellas ofrecen como condiciones de trabajo.

Que en México exista un nuevo festival de danza es motivo de celebración en tanto que posibilita espacio de visibilidad para el trabajo artístico, genera fuentes de trabajo en el sector y promueve el encuentro de la danza con públicos de Oaxaca.  

Se trata de un festival independiente que  en su programación deja ver un serio interés en dos principales  plataformas, la temporada de funciones y los talleres de formación, cubriendo con ellas necesidades hacia la sociedad en general y hacia la comunidad de artistas de la danza en Oaxaca, ambas sostenidas por el objetivo de invitar a la sociedad oaxaqueña a experimentar la danza en sus dimensiones sensibles y artísticas, así como de ofrecer alternativas para el intercambio de saberes entre artistas locales, nacionales y extranjeros. 

El primer Festival de Danza y Sanación de Oaxaca se integra a los festivales que durante el 2023 posibilitaron que la danza en México ocupara un lugar central en el imaginario colectivo. Teniendo como sede los teatros “Macedonio Alcalá”, “Benito Juárez” y el espacio cultural independiente “La Clínica”, el encuentro ofreció una programación variada en las formas de colocar al cuerpo como eje fundamental de los discursos, con diversidad estética y libertad temática, promoviendo experiencias transformadoras.

Durante dieciséis días el festival generó una derrama experiencial entre la comunidad dancística de Oaxaca que participó de sus actividades, así como entre los públicos asistentes cumpliendo con su interés de construir una geografía utópica que da cabida a visiones más universales de la danza, una danza que rebasa su posición de objeto estético para vivirse dinámicamente como proceso en construcción cuerpo a cuerpo con sus públicos. 

 

 

Impacto cultural, educativo y de desarrollo social

 

“Apoyar a la danza es apoyar al mundo” argumentó Rosario Ordoñez directora del Festival, refiriéndose al impacto humano del encuentro más allá de cualquier territorio geográfico. Apoyar la danza es, en este sentido, una invitación y un llamado a pensar que el desarrollo cultural se edifica desde distintos frentes y que la inversión en la danza  tiene un efecto más allá de ella misma. 

Su impacto no es exclusivo del sector de las artes sino que toca las esferas de la educación y el desarrollo social al ampliar las percepciones sobre la realidad y al invitar a experimentar la vida en mayor libertad y autonomía a través de los bienes culturales.

No se trata de una apuesta romántica sino del serio compromiso de artistas independientes que asumen con valentía la responsabilidad de subsanar vacíos con los que han tenido que lidiara a lo largo de sus carreras: la falta de apoyos, la carencia de públicos, el poco acceso al intercambio presencial de saberes con artistas de otras latitudes, por mencionar solo algunos. 

Así, el Festival de Danza y Sanación de Oaxaca deja un precedente del trabajo autogestivo independiente y del arrojo para levantar un proyecto que rebasa por donde se le quiere ver, las iniciativas gubernamentales que en materia de danza se viven en el sur del país. 

¡Enhorabuena por un espacio más para la danza profesional en México y el mundo! Que esta exitosa primera edición sea el cimiento de una plataforma cada vez más grande y brillante, con la suma de apoyos que merece.

 

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