Isela Sedano
En la sociedad actual, la proliferación de las imágenes hacen posible la reflexión y el análisis de los fenómenos que se dan en torno de la pintura; y que al reflexionar sobre el origen de la cultura se propone que antes que apareciera la palabra, primero fue la imagen y que estas manifestaciones artísticas propician el crecimiento de la mente en el área de la conciencia que presenta imágenes duraderas gracias a la actividad formativa.
La imagen será entonces el elemento primordial para un desarrollo de lo simbólico; por eso nos llama la atención la obra de este joven artista plástico, que crea obra que nace del corazón y de la emoción de las figuras captadas de su entorno y su imaginación.
En entrevista, nos cuenta de su persona y nos dice: “nací en la heroica ciudad de Ejutla de Crespo, Oaxaca; soy el mayor de tres hermanos; desde que era pequeño en la etapa de Preescolar, mi familia se dio cuenta que me gustaba expresarme dibujando más que hablando y sin tomarle mayor importancia lo vieron como algo normal; fueron esos primeros acercamientos en que los trazos hacían volar mi imaginación y donde supongo, mi querida maestra me dio la oportunidad para participar en un pequeño concurso en la biblioteca pública de mi ciudad.
"Lo poco que recuerdo, dibujé y coloreé a mi familia unida en una casa y cobijada por un enorme árbol, símbolo de lo importante y valioso que es ver a mi familia en esa armonía.
"En la época de la Secundaria, como parte de la formativa en materia de Educación Artística retomé el gusto por dibujar y pintar; tanto así, que gracias a la iniciativa de un maestro, me dio la oportunidad de apoyar en un mural que nos hablara de una alegoría que representara a la identidad de México y a nuestro Benemérito de las Américas, Benito Juárez.
"Así mismo, mis compañeros de generación me recuerdan por la elaboración de mini-pinturas sobre monedas antiguas que vendía, recuerdo en 5 pesos y muchas otras que regalaba; en el último año de Secundaria fui elegido para representar a mi centro educativo, trayéndome el primer lugar.
"Siempre tuve la inquietud de pintar, ya que era un distractor y me daba mucha paz que un mundo podría surgir de una hoja en blanco; en las épocas decembrinas, específicamente en las tradicionales posaditas, me gustaba crear los tradicionales faroles de carrizo, pero con estilo diferente, permaneciendo este oficio hasta el día de hoy con mis padres.
"En el Bachillerato empecé a rotular negocios, pensando en el momento en que decidiera estudiar en la ciudad de Oaxaca; así llegué a la Escuela de Arquitectura 5 de Mayo, estudios que concluí del 2014 al 2020; que fue un año que no olvidaremos debido al cúmulo de emociones que representa por temas de pérdidas, tanto humanas, económicas, debido a la pandemia y que nos ha recordado muchas cosas en diferentes aspectos de la vida y lo frágiles que somos como seres humanos y como sociedad.
"Retomé la pintura para bien de mi espíritu y mi alma; actualmente tuve mi primera exposición colectiva en el 2022, en la Feria Gastronómica y Cultural en mi ciudad de Ejutla de Crespo; participé en la imagen oficial de la Guelaquetza 2022.
"Mi camino apenas comienza y estoy muy contento y orgulloso de mí, porque el niño que soñaba pintando, ahora sueña despierto y sigue pintando”.
Así nos despedimos de este gran artista plástico, cuya obra hay que seguir porque nos promete muchas sorpresas.
