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Levantan en Polanco un oasis de madera 

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Entre las construcciones de concreto que se despliegan en Polanco, sobresale un inmueble cuya estructura recurre a la madera. Es el primer edificio en su tipo en México y es obra de los arquitectos Derek Dellekamp y Jachen Schleich.

Destinada a usos mixtos -oficinas y comercio-, la edificación, de madera laminada, libera la planta baja para convertirla en un espacio púbico provisto de vegetación. De ahí el nombre del proyecto: Jardín Anatole, ubicado en Anatole France 146.

"El espacio libre al que te obligan en cualquier construcción siempre es privado, contenido hacia el interior", contrasta Dellekamp sobre el inmueble que revierte esta tendencia, además de apostar por la sencillez, a modo de "oasis".

Cada vez más la industria de la construcción en México optará por la madera, advierte el arquitecto al destacar, en entrevista, las cualidades de este material usado regularmente para la edificación en Japón o en los países nórdicos, entre otros.

"No sé cuánto tarde, pero cada vez más se usará la madera no solamente para la estructura, sino como recubrimiento, y cada vez se utilizará más en la construcción, porque es el único material renovable, pues el concreto y el acero, básicos de la construcción en México y en casi todo el mundo, no son renovables", explica.

Por cuestiones culturales o por desconocimiento, en el País no se construye tanto con este material, considera Dellekamp.

"Incluso nosotros, como arquitectos, cuando pensamos en permanencia, rápidamente asumimos que el concreto o el acero son materiales que por su solidez estarán ahí siempre.

"Pero tenemos ejemplos en México: el modernismo de los años 50, cuando se hizo todo en concreto, ya muestra las varillas en las construcciones; se están intemperizando y descarapelando. La madera, al igual que todos los materiales, necesita cuidado y mantenimiento, pero cuando esto se hace bien tiene una vida más larga que el concreto", puntualiza.

Mientras ésta no se integre a la cultura constructiva del País, tampoco avanzará la industria de la madera en este ámbito, previene.

"Es un ciclo vicioso, porque como no es un material que forme parte de nuestra cultura constructiva, tampoco se ha avanzado en la industria de la madera, y esta es la que soportaría realmente un cambio".

De modo que para el Jardín Anatole emprendieron un "trabajo de salmones", por el desafío que implicó conseguir la madera adecuada.

"Fuimos completamente contracorriente", relata el arquitecto desde Portugal, donde actualmente desarrolla obras -hoteles y una escuela- precisamente en el mismo material.

"Aquí todo está hecho con estructuras de madera. Es la realidad constructiva de la zona, donde a veces es más complicado construir mampostería, porque no hay mano de obra, y nosotros también consideramos la madera como la mejor solución: viene de España, cortada milimétricamente, y se monta rapidísimo. Estamos trabajando con empresas que tienen 50 o 70 años".

En México, en cambio, laboran con empresas que apenas abren brecha en el mercado y requieren consolidarse, proceso que será paulatino, pondera.

Dellekamp valora la disposición del cliente de Polanco, quien solicitó una arquitectura emocionante e icónica, para convertir en protagonista a la madera en Anatole France 146.

Es una obra que constituye, a la vez, un alarde de la estructura, admite Dellekamp, quien utilizó por primera vez este material en proyecciones para el Pabellón Casa de Suiza, en el año 2016.

"En todo el trabajo que hacemos hay un interés prioritario por las estructuras y por los materiales, y cómo estos funcionan estructuralmente.

"Esta definición estructural define también la forma del edificio. En el Jardín Anatole la fachada y la forma son la estructura", destaca.




 

 

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