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Estas letras que lees: Recuerdo de una revolución

revolucion
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rodrigo Velásquez Torres

El próximo domingo se conmemora un aniversario más del inicio de la revolución mexicana de 1910, la primera del siglo 20, inclusive previa a la revolución rusa. La lucha nacional revolucionaria tuvo como propósito principal el derrocamiento de un régimen dictatorial. Una vez conseguida tal meta el resto fue una sangrienta batalla por obtener el poder, justamente lo que el antiguo dictador buscaba evitar a toda costa: un inútil derramamiento de sangre mexicana por manos de connacionales. Lamentablemente, el tigre ya estaba suelto.


La renuncia del dictador, quien después de defender su patria gran parte de su vida contra las continuas invasiones extranjeras había gobernado a la nación durante tres décadas, causo una gran conmoción que generó la ruptura de las estructuras e instituciones establecidas (menos la militar, esa caería después) las cuales operaban en torno al principal y único hombre que tomaba las decisiones del país. Sin él todo el funcionamiento del sistema colapsó, destruyendo el viejo México y dando forma a lo que sería el México del siglo 20.


El colapso del viejo México causado por la lucha revolucionaria, degenero en una continua sucesión de luchas en diversos frentes y flancos de la nación. Desde Chihuahua hasta Chiapas ocurrían levantamientos armados que buscaban soluciones a los eternos problemas que el antiguo régimen dictatorial siempre ignoró. La lucha revolucionaria significaba una luz de esperanza para aquellos que habían vivido desagregados de los círculos cercanos al poder y que habían carecido de los servicios más elementales para sobrevivir, haciendo de su existencia un eterno suplicio. Para quienes deseaban un cambio y ser incluidos dentro del sistema de poder, la revolución significaba la oportunidad de lograrlo.


La lucha revolucionaria conmocionó a la nación completa. Después de treinta años de una paz forzada los ánimos se encontraban desatados en búsqueda de un cambio social, sin embargo lo sucedido en los siguientes años significó la muerte para miles de mexicanos quienes nunca llegaron a ver materializados sus sueños de lucha. Miles de mexicanos y mexicanas tomaron armas y cacerolas mientras se subían al tren, emprendiendo un viaje muchas veces sin regreso en la búsqueda de cambiar la realidad que les había tocado vivir. Un sueño pendiente hasta la fecha.

A lo largo de toda la lucha armada, que duraría todavía varios años más después de la muerte en el exilio del antiguo dictador, existieron múltiples cuartelazos dados por generales del antiguo régimen y revolucionarios armados quienes se sentían con la posibilidad de ser herederos de la silla presidencial vacía y obtener el poder que adquiere quien en ella se siente. Las traiciones eran constantes, los asesinatos políticos ocurrían a diario, el desequilibrio social se encontraba igual o en peores condiciones que durante el antiguo régimen. El sueño revolucionario se desvanecía entre balaceras y matanzas.


Aquellos días de guerra constante terminaron por desgastar al pueblo mexicano, quienes cansados de ver morir a sus hijas e hijos y demás familiares entre guerras internas dejaron de apoyar las luchas armadas. Quienes volvieron a sus tierras regresaron a su modo natural de vida, mientras que aquellos militares en la cúpula del poder lograron transitar del campo de batalla a los escenarios de los partidos políticos, comenzando así con la creación de un nuevo México, que por casualidad es muy similar al viejo México, pues la lucha armada solo cambió al antiguo dictador por una fuerza política y así seguimos hasta nuestros días.

 

////FRASE///

"La lucha armada revolucionaria solo cambió al antiguo dictador por una fuerza política".

 

 

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