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Denarios: Estampas para mis nietos: “Entren Santos Peregrinos”

posada
Foto(s): Cortesía
Redacción

Sobre la mesa de la cocina, mamá ha colocado todo lo que necesitamos para elaborar los “aguinaldos”, que se repartirán en la primera posada, el día 16 de diciembre. Ella es la madrina. Participo en todo, porque ya estamos de vacaciones de fin de ciclo escolar. Regresaremos a la escuela hasta el mes de febrero del próximo año.

En el centro de la mesa, mamá coloca papel de china de diversos colores, previamente recortados a la medida necesaria. Mis hermanos y yo, tomamos uno a la vez, y sobre él colocamos: galletas de “animalitos”,  cacahuates, dulces de “colación” —que en su interior tienen pedacitos de cáscara de naranja y a veces anís—, también otras galletitas que están coronadas con pasta de sabores y colores diferentes. Para terminar, unimos los extremos del papel y los amarramos con cáñamo. Antes de colocarlos en las charolas, estiramos las puntas, para que cada uno parezca una flor. Las luces de bengala, las velitas de colores y los silbatos —estos de hojalata, que dentro tienen un garbanzo— los colocamos en una caja.                                             

Dos horas antes de las seis de la tarde, que da comienzo el Santo Rosario en la iglesia, mamá prepara las medias tortas de frijol con queso que coloca también en charolas. A las cinco y media salimos de casa rumbo a la iglesia. Al llegar, llevamos todo a la sacristía, para repartirlo cuando nos lo indiquen.

Mientras se reza el Rosario, entre cada Misterio, unas jovencitas cantan villancicos acompañadas de sus panderos. Al llegar la Letanía, mamá nos indica que vayamos por las luces, silbatos y velitas para repartirlos. Mientras hacemos esto, los niños escogidos para cargar a los “Peregrinos”, se acercan al pie del altar, los levantan, y una vez con ellos se inicia la procesión hacia la puerta de la iglesia. Una parte de los asistentes sale al atrio, la otra se queda dentro; la puerta se cierra e inician los cánticos para pedir posada: “En nombre del cielo…”. Al llegar al final, donde se canta “Entren Santos Peregrinos…” la puerta se abre y entramos con ellos a la iglesia para acomodarlos en el lugar de donde partieron.

Y… ahora sí, a formarse para salir ordenados y recibir los “aguinaldos”. Disfrutamos muchísimo lo que nos dan y lo manifestamos con silbatazos, gritos y alegría. Nos despedimos muy contentos, porque volveremos mañana a la siguiente posada, preguntándonos: “¿qué nos regalarán?”.

El día 24, después de la calenda, será la última posada. Durante el desarrollo de esta, la madrina, acompañada de una banda de música, cohetes, faroles, marmota y a veces de “monotes”, pasea al niño Dios, por diferentes calles de la ciudad en un carro muy adornado e iluminado, para llegar a la iglesia antes de las doce de la noche. Entra con el niño en brazos, mientras el coro canta villancicos; arrulla al niño y lo coloca en el pesebre; después de esto, se inicia la Misa de Gallo y al terminar, salimos al atrio por los “aguinaldos”.

Las posadas de este año han terminado, pero nuestra alegría permanecerá para el resto de las fiestas que aún nos faltan: Navidad, Reyes Magos, Paraditas y demás; nuestra felicidad es mayor, porque:… ¡estamos de vacaciones!

 

 

“Una parte de los asistentes sale al atrio, la otra se queda dentro; la puerta se cierra y se inician los cánticos para pedir posada”.

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