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Alexandre Dumas: Memorias de D’Artagnan y otros malentendidos

Foto(s): Cortesía
Aleyda Ríos

Rafael Alfonso

La popularidad desmedida de Alexandre Dumas (1802-1870) le llevó a cargar sobre su fama, además de los cientos de obras que había escrito, otros títulos que simplemente no habían pasado por su pluma. Una de ellas, por supuesto, "La dama de las camelias", error comprensible entre los no enterados, ya que está firmada por su vástago, Alexandre Dumas Hijo (1824-1895). Otra de aquellas novelas ha sido "Memorias de D’Artagnan".

Desde muy joven, Dumas hizo valer su talento literario y muy pronto conoció el éxito como dramaturgo y autor de novelas. La gran demanda de sus títulos, lo llevaron a convertirse en un “negrero”, el término por el cual, en el mundillo literario, se conoce a un autor que emplea a otros autores para escribir de forma anónima, parte de sus obras o incluso obras enteras. En la plantilla de los “negros” (escritores fantasma) que trabajaban para Dumas, se ha especulado que había nombres como Gustave Flaubert y Rabelais, que gustaba de hacer chistes racistas a costa de quien habría sido su patrón -Dumas era hijo de un general mulato y nieto de una esclava haitiana-.

La participación de los genios antes mencionados en el estudio de Dumas, quedará por el momento como mera especulación. En cambio, muy cierta y confirmada fue la colaboración de Auguste Maquet. Aunque llegaron a publicar juntos un par de títulos, pronto su editor se dio cuenta de que las obras firmadas en solitario por Dumas, eran mucho más rentables comercialmente, así que a partir de ese momento, Maquet fue borrado de los créditos a cambio de una compensación económica.

El método de trabajo Maquet-Dumas consistía en que el primero elaboraba un argumento hasta llegar al borrador. Asimismo, recopilaba información documental, ya que muchas de estas novelas tenían corte histórico.  Aquí entraba en acción Dumas, coloreando y detallando las historias, dándoles ese plus que las convertía en éxitos de librería.

Para ilustrar lo anterior, basta un botón. D'Artagnan, retando a duelo a cada uno de los tres mosqueteros en la novela del mismo título, es una hazaña que se atribuye al padre de Dumas, Thomas-Alexandre Dumas, quien fuera un consumado espadachín y general del ejército napoleónico.

Este padre, muerto cuando el escritor era muy niño, fue todo un personaje de novela. Se dice de él, que, durante la invasión a Egipto, al ver su don de mando y su imponente figura, los enemigos creían estar ante el mismísimo Napoleón, cosa que, por supuesto, al emperador no le hacía gracia. Si a esto sumamos que Napoleón fue varias veces cuestionado en sus intenciones libertarias por su general, no es de extrañar que aquel le tomara animadversión y llegado el momento lo condenara a prisión de manera alevosa e injusta. Detalles que están presentes en "El conde de Montecristo", donde Edmundo Dantes alcanza la justicia que el padre de Dumas no alcanzó en la vida real.

La novela "Memorias de D'Artagnan", que en ocasiones erróneamente se atribuye a Dumas, no es autoría de éste, ni de Maquet, sino de Gatien Courtilz de Sandras, y forma parte de la documentación recopilada por Maquet para componer "Los tres mosqueteros", primera de una serie de novelas que se completa con "20 años después" y "El vizconde de Bragelonne".

 

“Aunque llegaron a publicar juntos un par de títulos, pronto su editor se dio cuenta de que las obras firmadas en solitario por Dumas, eran mucho más rentables comercialmente”.

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