Pasar al contenido principal
x

Álvarez Bravo regresa al Museo de Arte Moderno, en CdMx 

Aurelia Álvarez tiene claro los deseos de su padre, el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, con respecto a los 40 mil negativos que actualmente resguarda su archivo: "No quería que saliera la obra de México".
Foto(s): Cortesía
Redacción

Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Como un acto de restitución largamente postergado, el Museo de Arte Moderno (MAM) colocó un nuevo rótulo sobre el marco de una de las puertas de su vestíbulo: Sala Manuel Álvarez Bravo.

Así, a exactamente 20 años del fallecimiento del artista mexicano, maestro de la lente del siglo pasado, una impresión a gran escala de su obra “Parábola óptica”, colocada desde este martes en el cristal junto a la entrada, da la bienvenida a este nuevo espacio permanente del recinto.

Con ello, el MAM busca saldar una deuda no sólo con uno de los creadores mexicanos con mayor relevancia internacional, sino al impulsor de los dos acervos fundacionales de su colección de fotografía: uno conformado con su archivo personal, con objetos y obras históricas, y otro con 400 piezas de su autoría.

En 1982, el museo buscó honrar este legado, de manera inconstante, con una sala de exposiciones que se había planteado como permanente, pero que llevaba ya cerrada desde 2008.

"La reapertura de un espacio Manuel Álvarez Bravo en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México es un deseo que hemos tenido durante largos años, sobre todo los 17 que lleva el Archivo Manuel Álvarez Bravo", expuso en el acto inaugural Aurelia Álvarez, directora de este acervo e hija del fotógrafo.

De acuerdo con Brenda Caro, curadora en jefe del recinto, esta sala estará dedicada enteramente a exponer la colección de 870 piezas del acervo fotográfico del museo, con al menos una exhibición anual sobre la obra de quien le da nombre.

"La apertura de esta nueva sala nos va a dar la posibilidad de generar montones de acercamientos y aproximaciones a su trabajo y el diálogo que los distintos fotógrafos en nuestro País han establecido a partir de la obra de Don Manuel, o en relación con la obra de Don Manuel, que es innegable que sí constituye un parteaguas", adelantó.

"Sin el trabajo de Don Manuel, quizá muchos de los rumbos a los que ha llegado la fotografía contemporánea hoy en día no hubieran sido", aquilató.

Para inaugurar este espacio, cuyo tamaño permite exposiciones más bien de gabinete, se decidió hacer una suerte de carta de presentación del artista, con la exposición Manuel Álvarez Bravo, Vanguardia fotográfica.

Compuesta por 29 obras, fechadas entre 1926 y 1972, el fotógrafo (1902-2002) busca ser sintetizado para el público en el 120 aniversario de su natalicio y a 20 años de su partida.

"Buscamos que fuera una exposición que diera un panorama conciso del trabajo de Don Manuel, que es inagotable", expuso Caro en un recorrido.

Según explicó la curadora, la muestra está dividida en tres núcleos temáticos: la primera exploración de Álvarez Bravo con la fotografía directa; el hallazgo de un lenguaje propio, y la subversión y apropiación de géneros como el paisaje, el retrato y el desnudo.

De la primera parte destacan fotografías icónicas como “Cemento 2” (1931), parte de la serie que ganó el concurso de fotografía de la firma cementera La Tolteca, con el que se dio a conocer, y también sus estudios de objetos como Jícamas desnudas (de alrededor de 1930) y “Juego de papel” (1927-1926).

Posteriormente se muestran obras con la mirada personal que desarrolló más adelante, como la emblemática “Parábola óptica” (1931), la fotografía “El invierno” (1939-1940), que el surrealista André Breton incluyó en la exposición que curó en la galería Inés Amor, y su conocida serie sobre los estragos del temblor de 1957 en el “Ángel de la Independencia”.

La forma en la que reinterpretó otros géneros, a partir de la ironía, el sarcasmo o el ojo poético, queda patente en desnudos como “La desvendada de las azoteas” (1938) y “Las tentaciones en casa de Antonio” (1970); en paisajes como “Los toques” (1966) y en las dos parte de “El aspecto exterior” (1967 y 1972), así como en retratos humorísticos o macabros, como “Señor presidente municipal” (1947) y “Obrero en huelga asesinado” (1934).

La fotografía inédita “Mujer con máscara” (de alrededor de 1950), por otro lado, da cuenta de aspectos menos conocidos de la obra de Álvarez Bravo, como su intenso trabajo técnico con el color.

"Su obra, en sí misma, es vanguardia fotográfica. Los caminos que abrió Manuel para la fotografía en México fueron irrepetibles, fueron únicos y fueron indispensables para mucho de lo que se haría en su momento y para mucho de lo que se haría después", celebró Caro.

 

A decir de su hija Aurelia, con este acto de restitución, el MAM devuelve al emblemático artista una vitrina que contribuye a la permanencia de su legado en una época que apuesta por lo contrario.

"Le da a esta legado una visibilidad y una permanencia de primera, en esta época avasallada por las imágenes fugaces. En lo efímero y en lo eterno, se proyectan nuestras vidas", concluyó la directora del acervo de su padre.

 

Preocupa futuro del archivo de Álvarez Bravo

Aurelia Álvarez tiene claro los deseos de su padre con respecto a los 40 mil negativos que actualmente resguarda su archivo: "No quería que saliera la obra de México".

Desde hace 17 años, el Archivo Manuel Álvarez Bravo ha podido mantenerse como parte de una asociación, con grandes victorias, como su inscripción en el programa Memoria del Mundo de la UNESCO.

Sin embargo, a pesar de haber capoteado diversas ofertas de instituciones en el extranjero, la directora del archivo alerta sobre el futuro.

"Una de las preocupaciones que tenemos es la pregunta: '¿Seremos capaces de conservar bien esto?'. Yo ahorita estoy viva y yo me encargo, pero, ¿después?", cuestiona.

Aunque apuesta por permanecer como un archivo privado, para mantener su independencia y su capacidad de acción, asegura que es tarea de todos, incluyendo las instituciones públicas, que el archivo permanezca en México.

"Creo que es un deber, es una tarea moral y, digamos, profesional, e incluso los particulares interesados, o relacionados con todos estos asuntos, asegurarse que se siga protegiendo en nuestro País", apunta.

"Si hay voluntad, hay dinero", agrega. En la apertura de la sala que lleva el nombre de su padre en el MAM, la directora del INBAL, Lucina Jiménez, aseguró una colaboración constante y abierta con el archivo.

Por su parte, este acervo continuará trabajando en proyectos de conservación e investigación que ya han rendido frutos, como la exposición “Los años decisivos”, que abrirá a finales de noviembre en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo en la ciudad de Oaxaca.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.