Reconocen al antropólogo Roger Bartra y su aportación a la ciencia

CIUDAD DE MÉXICO.- El biólogo Antonio Lazcano lo ha dicho en más de una ocasión: los dos grandes intelectuales del país atentos siempre a lo que ocurre en el mundo de las ciencias han sido Octavio Paz (1914-1998), por un lado, y Roger Bartra.
"Algo que puedo garantizar: que (Roger) sí hacía de una manera excepcional es su empeño en atender lo que las distintas áreas de las ciencias -naturales, exactas, médicas- están desarrollando", remarca en entrevista telefónica el científico, quien así lo atestiguó al colaborar en La Jornada Semanal, en la era en que el suplemento fue dirigido por el antropólogo, sociólogo y académico.
En la víspera del 80 aniversario de Bartra, el fundador del Laboratorio de Origen de la Vida, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, refrenda que si algo caracteriza al autor de títulos como Antropología del cerebro y Chamanes y robots es la incorporación de las ciencias naturales y exactas como parte de la cultura.
"Roger Bartra abrió páginas, espacios, siempre para la discusión de las ciencias, tratando de hacer que éstas fueran vistas en México como parte de la cultura. Cosa que lo vuelve excepcional", sostiene el biólogo, quien a diferencia de cierto sector de su gremio, siempre ha reconocido el justo valor de la incursión del antropólogo en el estudio del cerebro.
"Las ciencias naturales y exactas no son de dominio exclusivo de los investigadores especialistas en el campo; las miradas frescas que hay al respecto no sólo deben ser bienvenidas, sino deben ser buscadas, se deben promover. Y yo creo que ante un problema tan complejo como el de la naturaleza de la mente, del cerebro, las aportaciones de Roger significaron una perspectiva muy fresca".
Lazcano, miembro de El Colegio Nacional, conoció a Bartra mucho antes de que éste le invitara a colaborar con mayor constancia en el referido suplemento cultural -"que fue un momento muy grato para mí", reconoce el biólogo-. De hecho, se acuerda perfectamente de cuando lo vio en persona por primera vez.
Fue en casa de la también antropóloga Marta Lamas, en una reunión de varios autores, investigadores y universitarios, a propósito de la desaparición de la poeta y feminista Alaíde Foppa (1914-1980) en Guatemala.
Antes de ese encuentro, relata Lazcano, ya había leído a Bartra, y le sorprendía su capacidad crítica.
"Capacidad crítica que se vuelca no sólo en contra de las actitudes más conservadoras reaccionarias, sino incluso con una generosidad enorme hacia la izquierda misma", define el biólogo, quien se refiere al antropólogo como "especialmente notable por la actitud de independencia crítica que siempre ha mantenido".
Una independencia que, a decir del científico -firmante junto con Bartra del pronunciamiento de 2020 "En defensa de la libertad de expresión"-, le ha traído "la soledad política".
"Porque lo ve uno: la marginación en que lo han querido colocar", apunta. "Pero yo creo que la contundencia, la fuerza de sus opiniones le da un espacio absolutamente bien ganado".
Mientras el biólogo ha lidiado esta Administración con los embates de la directora del "Conacyt de la 4T", María Elena Álvarez-Buylla, al antropólogo le han fustigado desde la más alta tribuna del Ejecutivo federal. Algo que, curiosamente, pareciera más bien un reconocimiento.
"Yo creo que las críticas que Roger ha recibido de parte del Presidente, de algunos corifeos del Gobierno y desde luego de esa multitud -que ni es tan grande, ¿eh?- que circula o maneja las redes sociales, en realidad es un reconocimiento de la independencia que tiene Roger", estima Lazcano, quien destaca sus aportes a la izquierda política, social y cultural.
"Recuerdo cómo Roger fue de los primeros que muy críticamente, primero en El Machete (revista del Partido Comunista Mexicano) y luego en La Jornada Semanal, abrió espacios a problemas en donde la izquierda ortodoxa sigue cometiendo error tras error: el terreno de la discusión sobre las drogas; sobre las minorías étnicas -a las que nunca ha visto con ánimos paternalistas-, y la apertura que tuvo hacia los movimientos de disidencia sexual".
A su amigo Roger, cuya voz independiente y crítica resulta incómoda pero importantísima en un México con "una visión patrimonialista de la verdad, de la verdad política y de la izquierda", Lazcano le da las gracias.
"Desde luego, un agradecimiento por todo lo que nos ha enseñado a sus amigos, a sus lectores, a sus críticos", dice el biólogo.
"Una felicitación muy sincera, y el agradecimiento por haber tenido la posibilidad de haber colaborado en algún momento con los esfuerzos intelectuales y editoriales que él ha promovido".