La Mojonera, San Francisco Lachigoló.- Para Don Abdón Jerónimo Ojeda, el hubiera no existe.
La tragedia tocó a su puerta el primer día de diciembre, cuando su perro “Guarumo” atacó a su nieta Angélica, de 9 meses.
El hombre de estatura media y complexión delgada, asegura que este suceso se hubiera evitado si no le hubiera pedido a su hijo que se quedara unos días más de visita en su casa.
Su hijo Amador Jerónimo, su esposa Rosa Guzmán y la pequeña Angélica llegaron procedentes de la comunidad de Villa Alta; Amador buscaba trabajar unos días en la ciudad y ayudar a su padre Abdón en la limpia de su terreno.
Recordó a su nieta como una luz en su vida, pues era la primera vez que la conocía desde su nacimiento y vino a alegrar el hogar con su visita.
Nadie se imaginó la tragedia
Ese primer día del mes, Amador le comentó a su padre que regresaban a su comunidad, pero este le insistió que se quedara unos días más para ayudarlo a construir unas zanjas.
Fue entonces que Amador y su padre se encaminaron hacia la ciudad de Oaxaca. Por la tarde, la tragedia ya había acontecido, su perro “Guarumo” se había soltado y atacó a su nieta de 9 meses.
“Cuando yo regresé, mi casa estaba rodeada de policías, agentes y paramédicos; mi esposa lloraba y yo le preguntaba qué había pasado, fue que me contó que “Guarumo” había matado a mi nieta”, dijo.
Desde ese día Don Abdón siente que la relación con su hijo se quebró, pues asegura que le quiere cobrar por la muerte de su nieta.
“Me está pidiendo 50 mil pesos, pero yo les dije que no los tengo”, señaló.
Más deudas
Además, el municipio de Lachigoló le dió un plazo de un mes para pagar la cantidad de 7 mil pesos por derecho de panteón, pues al no ser originario de la comunidad, no tiene un espacio en el campo santo para él y su familia.
Esto, a pesar de que vecinos de la zona se organizaron y firmaron un documento para solicitar al ayuntamiento que les condone el pago de 15 mil pesos para tener el derecho de darle cristiana sepultura a la pequeña.
Don Abdón pide tiempo, pues su familia es de escasos recursos, él y su esposa trabajan, pero sus salarios no alcanzan para pagar dichas deudas.
Está dispuesto a dar tequio u horas de trabajo al ayuntamiento, pues como lo consideran “fuereño”, le tienen desconfianza de que se pueda dar a la fuga y no pagar su deuda.
Un perro cariñoso
El hombre de 47 años asegura que “Guarumo” fue un perro cariñoso, al que se le podía acariciar y que nunca había atacado a nadie. “Era normal que ladrara cuando alguien se acercara a la casa, eso nos ayudaba a estar alertas por cualquier ratero que quisiera entrar, pero nada más”, dijo.
El perro pitbull fue sacrificado por la autoridad, pues lo consideraron una amenaza para los pobladores. Abdón aceptó, pues ya no deseaba más problemas.
Además, su vivienda fue cateada y en esta acción le sustrajeron dinero en efectivo. “Mi esposa tenía su quincena en nuestro cuarto guardado, después del cateo, ese dinero desapareció”, acotó. Esto no lo denunció por temor a tener más problemas.
La pérdida es visible en el rostro de este hombre, nada hará que el tiempo retroceda y desea que las heridas sanen, y que su nieta y su “Guarumo” descansen en paz.
