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Rodrigo Plá y "Un monstruo de mil cabezas" llegan a OaxacaCine

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

A partir del libro homónimo de Laura Santullo, pareja creativa y esposa de Rodrigo Plá, este dirigió Un monstruo de mil cabezas (México 2015), filme que este lunes exhibe OaxacaCine Alcalá. En esta película, el cineasta uruguayo radicado en México, logra crear una narrativa emocionante. En entrevista, el director de La demora, La zona y Desierto Adentro comparte sus impresiones sobre este largometraje.


¿Cómo se fue dando la narrativa para esta película?


"Una de las características formales más claras de Un monstruo de mil cabezas es la subjetividad de la narración y la multiplicidad de puntos de vista, si bien esto nace en la propia novela, hubo un trabajo de búsqueda en pos de encontrar lo que eso sigficaba en términos visuales. De ahí viene la idea de jugar con estos espejos que reflejan y deforman, también la decisión de dejar algunos diálogos y acciones fuera de cuadro u observar a nuestra protagonista desde cierta distancia, estos elementos pretenden resaltar el hecho de que lo visto en pantalla es una reconstrucción, es la memoria de sujetos específicos".


"Esta decisión no es sólo estética, la intención fue evitar una conjetura cerrada, una mirada única que causara una empatía absoluta con labúsqueda de esa mujer y nos pareció que la diversidad nos otorgaba una lejanía con los avatares de Sonia Bonet (Jana Raluy) y sus sentimientos, y por lo tanto aportaba más variables en la interpretación de lo que ocurre. Permite que se abra un espacio para la existencia de un conflicto ético dentro de la película".


¿Cómo fue el proceso a partir del guión, es decir, la novela de Laura Santullo, cómo fue la transición del papel a la pantalla?


"En realidad desde el inició sabíamos que Un monstruo de mil cabezas acabaría en la pantalla, eso influyó en la narrativa de la propia novela, que resultó muy cinematográfica. Todo transcurre en un tiempo acotado y las acciones son el esqueleto de la historia. Desarrollar primero la novela resultó muy útil para establecer los móviles de los personajes y también para determinar un orden de acontecimientos en la búsqueda de la protagonista".


"Allí se encontró también la posibilidad de contar lo sucedido a través de la mirada de varios personajes. Pero la adaptación de ese texto al guión y hasta llegar a la pantalla, fue un proceso rico y complejo, porque según nosotros lo entendemos, el guión es algo en perpetua transformación.  Eso implica una apertura durante todo el desarrollo, la historia no está cerrada, se improvisa y se modifica en el camino".


Dices que el cine siempre es político porque refleja una postura ante un tema ¿consideras una responsabilidad del cineasta llevar a la pantalla estas reflexiones?


"Sí, para nosotros el cine no es un instrumento para hacer otra cosa. Hacemos cine para para generar un vínculo con el espectador a través de una experiencia sensorial provocada desde una pantalla. No obstante, como cualquier otro arte narrativo, dentro de su embalaje contiene una ideología, te lo propongas o no, el modo de ver nuestro mundo aparece, de hecho creemos que eso es lo que vuelve particular esa experiencia".


"Porque cada uno, con su respectiva forma de hacer cine expresa ideas, exorciza sus prejuicios, se cuestiona, se emociona. Si eso después trae consecuencias sobre el público y si le hace reflexionar alguna cosa sobre su entorno o su vida, sentimos que eso es más responsabilidad del espectador que de las películas".


¿Cómo fue el proceso de dirigir a los actores?




El reparto que incluye nombres como Sebastián Aguirre (foto), Emilio Echevarría, Daniel Giménez Cacho, Nora Huerta Noé Hernández,

"La propia búsqueda del reparto fue larga y laboriosa. Si bien tengo colaboradores en este rubro, como director disfruto de participar en esta instancia, necesito conocer a las personas que interpretarán la historia, trabajar aunque sea un momento con ellos me permite saber lo que piensan, si tienen imaginación, si responden a los estímulos, por ejemplo".


"Esta etapa acaba siendo un pequeño laboratorio donde se montan por primera vez las escenas. Una vez elegidos los actores, trabajo mucho en base a improvisaciones y ensayo varios meses. Es un proceso complejo para encontrar a los personajes y el trazo escénico de cada secuencia, trabajo con los actores naturalmente, pero todo lo graba el fotógrafo y también participa la escritora para pulir los diálogos".


"En esta película experimentamos el trabajar en base a ciertos fragmentos de la novela, el guión existía, pero la primera aproximación de los actores fue a través de textos narrativos, lo que les obligaba a rellenar los huecos, a inventar diálogos, a reinventar la escena. Probablemente el trabajo con actores es uno de los procesos que más disfruto".


Llevas a tus personajes al límite, como una constante en tus películas ¿crees que tu cine está ligado fuertemente a las emociones?


"Efectivamente. En general procuramos poner el acento en las vivencias de los personajes. Tal vez por ello nuestras películas se articulan siempre desde conflictos éticos. Enfrentar a los personajes a la toma de decisiones morales nos permite saber de qué material están hechos, conocerlos a profundidad e incluso confrontarlos a cosas que ni siquiera ellos sabían de sí mismos".


La cinta mexicana se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Morelia, ganó el premio Ariel por mejor guión adaptado. Esta noche llega, en una de las funciones especiales para el programa de exhibición permanente OaxacaCine, al Teatro Macedonio Alcalá.


¿Cuándo y dónde?


Lunes 20 de febrero, 19 horas, Teatro Macedonio Alcalá.

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