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Cineasta de la realidad

Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- El 12 de septiembre de 2013, María de la Luz Salcedo, de 18 años, fue agredida por Miguel Ángel Jasso Manríquez, taxista y amigo suyo, al negarse a tener relaciones sexuales con él.


La joven pudo huir de su agresor con arañazos y empujones y fue auxiliada por desconocidos cuando se dirigía a un hospital cercano al poblado de Ojo de Agua, Guanajuato, donde le detectaron 19 lesiones corporales y estrés postraumático.


La Procuraduría de Justicia de Guanajuato dejó libre a su agresor, ventiló detalles íntimos de la víctima y la tachó de inmoral cuando la juez del caso reveló que perdió la virginidad a los 17 años, acción recriminada por un amplio sector conservador en el estado.


También en Guanajuato, la muerte en un arroyo de un enfermero que por años brindó sus servicios en un hospital, fue etiquetado por un periódico local como "Ahogan a jotito", debido a su preferencia sexual.


Para el cineasta Amat Escalante (1979), las noticias del estado en donde vive le parecen de otra época, otra realidad, pero no puede negar que son parte de su presente.


Inspirado en estas historias, decidió realizar su cuarto largometraje: La región salvaje, que aborda temas de misoginia, homofobia y machismo, y con la que el pasado 11 de septiembre ganó el León de Plata en la Muestra de Cine de Venecia, uno de los más importantes del mundo, junto con el ruso Andrei Konchalovsky.


Escalante -quien fue reconocido en 2013 como mejor director en el Festival de Cannes- no elige retratar una parte del presente en sus películas, sino que no puede evadir esta realidad.


Al contrario a una generación exitosa de cineastas y cinefotógrafos que han hecho carrera fuera del país, Amat Escalante se ha quedado en su estado a grabar sus filmes, cobijado por productores y técnicos de todo el mundo que vienen a México para ser parte de ellos.


Aunque su cine se ha movido por alrededor de 40 países y decenas de competencias internacionales, el cineasta lucha por que se abran puertas de distribución en el país del que traduce la realidad a las pantallas.


De padre mexicano y madre estadounidense, Amat Escalante realizó su primer cortometraje Amarrados en 2002 -después de estudiar cine en España y Cuba-. En ese filme, retrató historias de relaciones disfuncionales y abuso sexual desde la mirada de un niño de la calle adicto al pegamento.


El mismo año, el también cineasta mexicano Carlos Reygadas (1971), debutó con la película Japón, bien recibida por la crítica por su manera de narrar y su propuesta actoral fuera de lo convencional.


"Vi Japón, me gustó mucho, no lo conocía", comenta el cineasta en entrevista vía telefónica, "me parecía una película muy novedosa en México, algo en lo que a mi me hubiera gustado participar o ser parte de ese proyecto".


Para 2002, la producción de películas mexicanas no llegó a las 20 cintas, y las propuestas de un cine distinto al comercial escaseaban.


"Le escribí, me contestó, le comenté que quería hacer mi primer largometraje, y de ahí nos juntamos, le enseñé mi cortometraje y el día que vio mi corto me contrató para trabajar en Batalla en el Cielo", señala.


El trabajar en la segunda producción de Reygadas a los 25 años, le dio a Escalante claridad para llevar a cabo su primera película, Sangre (2005), desde donde se define el estilo que seguiría trabajando.


La trama gira en torno a Beto, un hombre bizco y calvo con una vida mediocre, envuelto en problemas de familia.


El reparto era un grupo de actores que por primera vez se pararon en un set de cine. El presupuesto era mínimo. Los diálogos, entorpecidos: "vistes, oyes", no como burla sino como primitivismo. Silencios. Ruptura de líneas narrativas. Escenas de vida diaria convencionales y desenlaces inesperados que cambian de un momento a otro la trama.


Sangre entró a la Selección Oficial del Festival de Cannes en la sección Una Cierta Mirada, donde ganó el premio a la crítica de la Federación Internacional de Prensa Cinematográfica (Fipresci), lo que le permitió que productoras francesas y estadounidenses lo apoyaran en su segundo filme, Bastardos (2008), que cuenta la historia de dos migrantes mexicanos que aceptan un trabajo fuera de lo convencional para sobrevivir.


Esta producción le valió a su vez el premio a "Una Cierta Mirada" en Cannes, además de mejor película en el Festival de Cine de Morelia y de festivales internacionales como el de Bratislava en Eslovaquia y del Mar de Plata en Argentina. 


Sin embargo, tardó cinco años en conseguir recursos para lo que hasta entonces sería su producción más arriesgada, Heli (2013), una historia de amor adolescente que cambia debido al entorno de violencia y narcotráfico de los protagonistas en México.


Heli inauguró en 2013 la competición oficial del Festival de Cannes por la Palma de Oro, máximo galardón, con una función de la que la crítica mundial debatió y donde hubo asistentes que se salieron a media película por no aguantar o no estar de acuerdo con las escenas de violencia explícita.


Un día después, al finalizar la función de gala, el público le dedicó 15 minutos de aplausos al único director latinoamericano en la competición, y también el más joven.


Pero, siendo un cineasta con reconocimiento internacional, Escalante prefiere filmar en Guanajuato. 


"La razón por querer filmar acá es que nuestras películas tienen que venir de adentro, y nuestro adentro no necesariamente tiene que venir de otros países con estrellas de cine. Yo siento que hago lo que puedo hacer, y lo que puedo hacer está dentro de mi realidad y dentro de mi entorno, normalmente".


Amat Escalante recibió en 2013 el diploma de mejor director en el Festival de Cannes de las manos de Steven Spielberg, utilizando de nuevo actores primerizos, Guanajuato como escenario y un método propio, que comparan con el estilo del francés Bruno Dumont.


El cine nacional y mundial volteó a verlo. Heli fue nominada a 14 Arieles, de los que ganó mejor director, y se distribuyó a casi 40 países. Productoras de Dinamarca, Francia, Alemania, Noruega y Suiza se ofrecieron a producir el siguiente filme con la misma técnica.


"Hice casting con todos los actores de cine mexicano de cierta edad y quedaron cuatro actores que no son conocidos, que es su primera vez en cine, en los papeles principales", señala, "vi a gente conocida mexicana, pero no me inspiraron tanto".


Para el cineasta, su estilo -que algunos han catalogado de Neorrealista- no es una determinación o una caja donde nada más pueda entrar, sino el resultado de lo que tiene a la mano.


"Cada película está llena de lo que veo, lo que vi y me inspiró a esa hora y media o dos horas de película. Trato de filmarlo como lo procesó mi imaginación o como lo vi en la vida real, de ahí sale el lenguaje que tengo. No es que retratar la realidad sea importante para mi, es que no la puedo evadir porque vivo en ella".


Amat Escalante considera que todas las películas, incluso La guerra de las galaxias, parten de una realidad humana, además de destacar que intenta filmar cada película con un género propio, como Heli con estilo western, propio del director Sergio Leone, o La región salvaje, película de terror a la David Cronemberg, a la que le suma  un toque surreal que no aparecía en sus otras películas: una criatura animal con frenesí sexual que contagia a los seres humanos.


En este último filme, también grabado en Guanajuato -estrenado el 5 de septiembre en Venecia- participaron el cinefotógrafo chileno Manuel Alberto Claro y el director de efectos visuales, el danés Peter Hjorth, ambos encargados de la imagen de muchas de las películas del reconocido cineasta Lars Von Trier.


El cineasta se dice emocionado por estar entre 20 directores mundiales que compitieron en Venecia, como, François Ozon, Emir Kusturica, Win Wenders y Terrence Malik, del que recuerda su película Days of heaven como una de los filmes que lo inspiraron para ser cineasta.


Sin embargo, señala que más que las premiaciones, le importa buscar distribución y público mexicano.


A través de la distribuidora independiente NDMantarraya, Escalante ha distribuido sus tres películas estrenadas en México, ante una complicada distribución del cine nacional, mayor complicación para propuestas independientes como las del mexicano.


"Es muy difícil competir con los mega estrenos como los que hay en Estados Unidos, no hay otra parte", señala, "pero sí da un poco de coraje".


"No es tanto porque la gente vaya a ver películas, eso está bastante bien, tienen derecho a ver lo que haya disponible y lo que quiera ir a ver, pero cuando se escucha y se sabe de cosas que hacen en contra de las películas que apenas pueden promocionarse porque no tienen dinero, eso da coraje", reclama.


En 2013, Heli se estrenó en 69 complejos en todo el país, lo que correspondería a dos salas de cine por cada país extranjero que la exhibió.


Escalante señala que los festivales ayudan mucho, ya que hay distribuidores que están al pendiente de las buenas piezas, pero espera que los mexicanos tengan oportunidad de decidir si quieren ver sus filmes por decisión propia y no porque no esté en los cines.


Al cineasta se le han acercado de Hollywood para dirigir en la meca del cine mundial, pero, aunque no se niega a hacerlo, considera que en México aún tiene mucha tela de dónde cortar.


"Me gusta tomar riesgos, me gusta seguir revolucionando... no es que yo esté cerrado a trabajar solamente en Guanajuato y con actores no famosos o no reconocidos", dice, "pero hay tanto de qué hablar aquí en México, que no hay por qué no hacerlo".


TABLA


FILMOGRAFÍA:


Amarrados (2002, cortometraje)


Sangre (2005, largometraje)


Los bastardos (2008, largo)


Revolución (2010, segmento "El cura Nicolás colgado" en película conjunta de 10 cortometrajes de directores mexicanos).


Heli (2013, largo)


Esclava (2014, corto)


La región salvaje (2016, largo)

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