El subcampeón nacional del Míster México Juvenil 2016, Omar Montes, tuvo una cálida bienvenida a su retorno a Oaxaca por parte de sus familiares y amigos.
Con pancartas como "bienvenido a casa campeòn", "un verdadero guerrero no se mide por la magnitud de su fuerza sino por la fuerza de su corazón", "tu esfuerzo de ayer es el éxito de hoy", "eres el resultado de constancia y disciplina", fue recibido el subcampeón en la categoría juvenil 75 kilogramos.
Por supuesto, esta recepción estuvo llena de fuertes abrazos, expresiones de felicitación y orgullo. Fueron instantes muy emotivos.
Lo recibieron su mamá, Irene Colmenares; su novia, Julieta; sus hermanas Selene y Sheyla Montes; su pequeña sobrina Valeria, así como integrantes de su equipo, Bunker.
"Me siento muy contento con el resultado, me quedaron algunas dudas con la decisión final en la posiciones pero bueno... Lo más importante es q se alcanzó un buen logro para mi trayectoria y para Oaxaca", dijo en breve entrevista con SPORT-NOTICIAS tras bajar del autobús en la terminal de primera clase de la capital oaxaqueña.
Montes Colmenares agradeció el apoyo de sus familiares, del Bunker y externó que es posible que en dos años esté buscando un título absoluto.
Dentro de lo que consideró debe seguir trabajando, es en, sus "perfiles, en una mejor simetría y en alcanzar mayor tonificacación muscular".
Recordó que fue una competencia demasiado cerrada, "aproximadamente 35 competidores, atletas muy tonificados, demasiados trabajados, con demasiada estética corporal.
"México cada vez tiene un nivel mas fuerte, es increíble como se desarrollan, son muy persistente pero nosotros también nos preparamos lo necesario para conseguir este logro", agregó Omar, de 23 años de edad.
Además, se sacó la espina del año anterior, cuando finalizó en el cuarto lugar nacional del juvenil.
"Llegué a cumplir mi meta , era una promesa que tenía con mi madre, con mi equipo. Yo me quedo con qué esa categoría fue nuestra... y ser el mejor 75 kilogramos del país", concluyó alegre mientras las porras seguían escuchándose al igual que continuaban las manifestaciones de cariño y admiración.
