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El atuendo chatino, sueños bordados a colores

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

SANTIAGO YAITEPEC, Oaxaca.- La gradiente de verdes destaca en una tierra húmeda con una intensidad de luz que acentúa los colores, así se recibe al visitante a esta comunidad chatina, en la que los sueños se bordan cuidadosamente y las metáforas se hilan en arganas, las ilusiones se conjugan en faldas plisadas y las ideas se tejen en ruedos tejidos a mano, para el vuelo de esas faldas que llegan a medir hasta 15 metros.


El lenguaje peculiar de cada prenda tiene un significado único, cada puntada en un momento irrepetible que las artesanas otorgan a cada blusa, minutos pacientes con los que deciden qué colores combinar y una envidiable vista que las hace confeccionar invaluables piezas.


En en este municipio localizado en la Sierra Sur de Oaxaca, a 176 kilómetros de la capital, habitan las autoras de las célebres blusas de Yaitepec, conocidas por su colorido diseño, su exquisito bordado y por ser un icono de la cultura chatina, así como las coloridas faldas que portan orgullosas las mujeres de esta comunidad, aunque otros municipios se han querido "adueñar" de estos diseños.


Reyna Velasco Carmona, lleva más de 30 años haciendo blusas, es experta en la elaboración de faldas. Mientras comparte su proceso no despega la vista de la máquina de coser. Hace sus faldas en un cuarto oscuro iluminado por la luz que se filtra por una pequeña ventana al lado de su lugar de trabajo. Ella es la más conocida y la buscan todas aquellas mujeres que quieren una falta especial.


Confecciona tanto las faldas con pliegues y picos, como el refajo y las puntas. Cuando a sus paisanos les toca ser mayordomos e alguna festividad, la buscan para que confeccione el ajuar completo de la virgen o imagen que apadrinarán. Sabe hacer el atuendo completo. Su vista sigue sin despegarse se la falda que está cosiendo y en chatino dice que por lo regular todas las niñas aprenden a bordar desde pequeñas.


​Ella hace las faldas que usa la delegación de Juquila en la Guelaguetza, que se presentan como originarias de este último municipio, pero que en realidad son de Yaitepec. Ella, como muchas mujeres de esta comunidad, trabajan en el reconocimiento de estas prendas originarias de Santiago Yaitepec, donde las confeccionan, y de donde surgieron realmente.


Cada diseño alude a la naturaleza y a la personalidad de cada persona, es una especie de homenaje a su entorno natural. "Hay diferentes tipos de bordados en las blusas, las bordan dependiendo del gusto de la persona, la greca significa la culebra, las flores y animales son representativos a la madre naturaleza.Aquí acostumbramos a ir a los cerros van a encender velas, como agradecimiento de que vivimos en un mundo natural" comparte.


A escasos metros se su casa se encuentra el taller de su madre, Eufrosina Carmona, quien también está trabajando. Al llegar la vemos medir por cuartas -con su mano, sin cinta métrica- los cortes para lo que será una camisa para hombre, elaborada con plisados y en colores chillantes. Pacientemente un señor de edad avanzada espera a que tomen las medidas.


Aunque su vista es cansada ya, sigue midiendo las piezas que unirá más tarde. Doña Eufrosina comparte que ella aprendió solita, nomás de ver, porque le gustaba confeccionar las camisas para su esposo: "Mi esposo usaba estas camisas y su calzón de manta, como antes no había tiendas de ropa, nos veíamos en la necesidad de hacer nuestra ropa y eso me motivó a aprender" dice la mujer de 75 años.


Auténticas de Yaitepec, un mundo de significados


Leticia Santiago Guzmán, joven representante de su cultura, describe el traje chatino para la mujer. Comienza por la parte superior: la blusa, que es bordada a mano en punto de cruz y está conformada por siete piezas, con motivos de aves, grecas, flores, animales de la región, bordados en punto de cruz. Hay blusas sencillas y de gala, esta última bien bordada con hilos finos, generalmente dorados o plateados.


La mujer debe portar un refajo blanco confeccionado por personas de las comunidad, hecho de manta o popelina, el refajo lleva un ruedo tejido a mano, sus alforzas, el ceñidor hecho en telar de cintura y un soyate de palma, por los chatinos de Santa Cruz Tepenixtlahuaca.


Luego va la falda, el ceñidor y el soyate, estos últimos se usan para darle forma a la falda amplia de colores chillantes, elaborada por las manos de las chatinas yaitepecanas; en la parte de abajo lleva cuatro alforzas que representan a los cuatro puntos cardinales, luego otras siete más, representativas de los días de la semana. Luego otras 30 alforzas, representativas al calendario de los chatinos.


"La falda está hecha de tela brocada o popelina -tenemos hasta cuatro tipos de faldas-, ya que anteriormente las elaborarán en algodón. Cuentan que las personas que empezaron a usar esos trajes las teñían con tintes naturales, como: la cochinilla, por ejemplo, la cual utilizan para lograr el rojo de las arganitas, de algodón, que son parte del traje, y que con el tiempo se han ido modificando. Ahora también usan bolsas de hilo de seda, tejido a mano con gancho o en telar de cintura,además del infaltable pañuelo para bailar chilenas".


Todo esto representa el cómo antes las señoras contaban los días, asegura Leticia Santiago. Además, la falda, lleva en la parte de abajo un ruedo de manta para darle forma y vuelo, puede ser de los metros de uno quiera, desde 13 a 15 metros. Así se conforma el traje de gala, que está completo con un rebozo de seda o de algodón. Para nosotros los números son significativos. El 13 también es simbólico, son los días a guardar, ya sean 13 o siete días que se guardan cuando encienden velas, por las creencias del pueblo, en las fiestas, principalmente.


El peinado de la mujer consta de dos trenzas entrelazadas con listones de colores. A su atuendo añaden collares rojos de chilillo o de coral rojo, portan aretes de fantasía que son de formas de escudo. Los pies van descalzos.


Para el hombre la vestimenta consta de una camisa de color chillante, confeccionada con alforzas en la parte de enfrente que representan los días de la semana, además de cuatro alforzas cruzadas, que representan a los cuatro punto cardinales. Portan también un calzón de manta o popelina, elaborado por artesanas de la comunidad.


En el hombro llevan una mascada, bordada a mano, con motivos de animales o flores, dependiendo del gusto del hombre. En la cabeza portan una sombrero negro y pueden llevar los pies descalzos o huaraches acapulqueños, en la actualidad, aunque antes usaban huaraches de pata de gallo. El vestuario se completa con una argana chatina.


Leticia Santiago hace hincapié en que a los chatinos les gusta relacionarse con la naturaleza y por ello en el traje reflejan lo que son, por ello está interesada en defender la autenticidad de sus atuendos, porque su comunidad vecina, Juquila se ha apropiado de ellos.


"El traje típico de Juquila no luce, por eso se han apropiado del nuestro. Pero en realidad como los pueblos unidos estamos organizados: Santos Reyes Nopala, Panixtlauaca y San Juan Lachao Nuevo, defendemos con orgullo a nuestro traje. El coraje que nos da es que discriminan mucho a los indígenas, cuando bajan a vender sus productos a Juquila les echan agua y los corren, eso no nos gusta, por eso reclamamos lo del traje. Hemos querido registrarlo, pero nos hemos encontrado con muchas trabas".


Su hermana promovió mucho la cultura chatina y se encargó de hacer en cada presentación de la delegación de santiago Yaitepec, la descripción del traje. Beninga Santiago Guzmán fue encargada del centro comunitario de desarrollo cultural chatino, durante su liderazgo promovió el baile chatino, los sones y chilenas chatinos, de inconfundible acompañamiento de violines, guitarra, cántaro y güiro.

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