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La flor que nace de las cenizas de los muertos

Foto(s): Cortesía
Redacción

SANTIAGO HUAJOLOTITLÁN, Oaxaca.- Cuentan los oriundos de Santiago Huajolotitlán, que el cempasúchil es la flor que nace de las cenizas de los muertos y es que cuando alguien consigue el descanso eterno lanza sus cenizas al aire, para que su alma sepa por dónde regresar al mundo terrenal  y en el  andar crecen las “flores de muerto”.
Como cada año, el 28 de octubre inicia el corte de la flor de cempasúchil en la comunidad de Santiago Huajolotitlán, en donde decenas de productores se reúnen para vender la flor de terciopelo y la amarilla; entonces, las almas de los difuntos comienzan a moverse y las puertas del más allá se prepararán para que las almas regresen y convivan con sus familias.


Desde la entrada al municipio de Santiago Huajolotitlán, el olor a flor de muerto comienza a percibirse y al observar el paisaje, éste se tiñe de anaranjado, con diversos matices de amarillo; y sólo en algunas zonas se ve el terciopelo de la flor de “cresta de gallo”.
En el mes de agosto, los productores comienzan a limpiar los predios y así rocían la semilla en la tierra, que comenzará a florecer después del 15 de octubre, la cual  estará  lista a finales de este mes y entonces podrá llevarse a los mercados locales y será vendida en tan sólo 100 pesos cada paca.
 


El "alma del difunto"


Don Juventino  Rosas, productor de flor de cempasúchil en la Mixteca, cuenta que la mayoría de los cultivos de flor de muerto se encuentran muy cerca de los panteones y es entonces que las almas que vagan lanzan sus cenizas, lo que ayuda a que las flores despidan un aroma más fuerte, justo entre el  1 y el 2 de noviembre, “para cuando los fieles difuntos” llegan a los hogares; y así tomar parte de lo que les gustaba en vida.


Juventino Rosas, de 70 años de edad, dijo que sembrar la flor de muerto es un ritual, pues no basta con regarla con agua, sino que hay que cuidarla, hablarle, quitarle la hierba que la invade, para que cuando llegue la fecha del corte se mantenga viva, ya que guiará las almas de los muertos para encontrar el camino a sus casas y acabándose el tiempo de visita  habrán de regresar al descanso eterno.


Resaltó que su abuelo don Fidencio tenía la creencia de que la flor era el alma del difunto y que se manifestaba a través del aroma; pues pasando la fecha de las fiestas éstas pierden su esencia, ya que para ese entonces todos habrán de regresar al más allá.
 


La flor de veinte pétalos


De acuerdo con el náhuatl, la flor de cempasúchil se conoce como “la flor de veinte pétalos” y esta sólo florece después de las lluvias, por lo que es el icono de las fiestas de los Fieles Difuntos en México.


En los campos de la Mixteca, esta flor puede llegar a medir hasta un metro de altura destacando por sus diversos matices en amarillo y anaranjado; además, cada flor tiene hasta cinco centímetros de diámetro; durante la época prehispánica, los indígenas mexicas solían tupir con estas flores los altares, ofrendas y sus entierros dedicados a los muertos, generando un clima único que sólo se vive en las zonas de nuestra nación.
Actualmente, la flor de muerto no sólo es utilizada con fines decorativos, sino que los migrantes mixtecos indican que en Estados Unidos esta es conocida como “Mary Gold”, de la que se realizan varios insecticidas y en comunidades indígenas crean medicinas que curan dolores estomacales o cualquier enfermedad gastrointestinal.
 


Producción rentable


Ulises Urrutia de Jesús,  productor de flor de muerto en Santiago Huajolotitlán, dijo que a pesar de los tiempos tan complicados económicamente, la siembra de cempasúchil es una actividad rentable en la región Mixteca, pues cuando el producto es bien pagado, la gente compra una paca hasta en 150 pesos; sin embargo, hay quienes la adquieren en tan sólo 70 pesos.


Detalló que “esta actividad sí es rentable en esta parte de la región, tampoco te diré que te vas a hacer millonario con esta producción, pero sí sale para los gastos de los trabajadores y nos queda una pequeña ganancia que nos permite iniciar la siembra para algunas otras hortalizas; pero el problema más grave aquí en  Huajuapan, es que  entra flor de Atlixco y esta es de baja calidad, no como la que se produce aquí, que sí posee un olor único”.


Comentó que la ventaja que tiene la flor que se produce en Santiago Huajolotitlán es que el aroma perdura más días a diferencia de otras, las cuales pierden sus propiedades porque ya tienen más horas de estar en el mercado y suelen tener muchos insecticidas.
 


Las plagas


Recalcó que este año fue un periodo de baja producción, ya que no llovió mucho y la planta tuvo que regarse  con algún  tipo de sistema, por lo que puede tener un incremento de precio a diferencia del año pasado.
Enfatizó que están luchando para encontrar un fertilizante que ayude a combatir todas las plagas que actualmente invaden a la flor de cempasúchil y que terminan con cultivos completos.

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