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Luminoso amor 

pelicula
Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

Mario Abner Colina/Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- Paul Thomas Anderson es uno de los cineastas más reverenciados de los últimos tiempos, pero tiene su lado de fan, como cualquier otro.

Hace unos diez años, el director de títulos como “Magnolia” y “Petróleo Sangriento” le mandó un mail a una de sus bandas de indie pop favoritas: Haim.

Allí, a las hermanas Este, Danielle y Alana Haim les preguntaba, como si él fuera un cineasta con necesidad de impulso, si no les interesaría que él se hiciera cargo de uno de sus videoclips.

Ocho temas, entre los que destacan "Summer Girl", "Hallelujah" y "Now I'm in It", pasaron por las manos de Anderson.

La banda y el realizador que mejor ha retratado recientemente lo californiano comparten más que una sensibilidad artística, también un origen: su cuna es el Valle de San Fernando.

Licorice Pizza, un canto de amor a ese territorio, protagonizada por la menor de las hermanas Haim, Alana (quien no tenía experiencia actoral, pero demuestra un carisma arrollador), se convirtió en una sensación del circuito indie.

Confirmó también el buen ojo de Anderson: el largometraje, tan luminoso que pareciera una anomalía en su filmografía, fue nominado a tres premios Óscar: Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión Original.

"Alana (vocalista de Haim) es increíblemente astuta, ingeniosa, tiene una lengua afilada y es muy, muy divertida", justifica Paul en una entrevista proporcionada por Universal Pictures.

"Como si eso no fuera suficiente, ella es el tipo de persona que dice: '¿dónde y cuándo?'; y con una personalidad que está dispuesta a todo: 'hagámoslo'.

Este es el tipo de cosas con las que quieres trabajar como director; cumple todos los requisitos".

Licorice pizza

Comedia romántica anticonvenciones, “Licorice Pizza”, que llegó ayer a las salas, se ubica en el solariego Valle de San Fernando en 1973.

Allí, Gary Valentine (Cooper Hoffman), un chico de 15 años, con sobrepeso y acné, se enamora de una chica de 25, Alana Kane (Alana Haim), quien está lejos de las típicas bellezas del cine.

Entre encuentros y desencuentros, cameos hilarantes (Sean Penn, Tom Waits, Bradley Cooper), situaciones divertidas y hasta absurdas, el espectador se pregunta en todo momento: ¿podrá ella ser recíproca en esos sentimientos? El personaje de Gary, un adolescente inteligente y dotado para los negocios, está parcialmente inspirado en un amigo de Anderson, Gary Goetzman.

"Un actor infantil que creó una empresa de camas de agua, abrió un lugar con maquinitas para jugar pinball, ¡y fue arrestado por asesinato! ¡y era inocente!", precisa el realizador.

Hoffman, quien es hijo del fallecido histrión Philip Seymour Hoffman, tampoco tenía antecedentes frente a la cámara, pero fue su frescura y la de su coestelar el elemento que provocó la alquimia en la cinta.

"Lo que me inspiró de Cooper fue que es amable. Es generoso y muy sociable. No es fastidioso, porque tiene un gran corazón.

"Este personaje fácilmente podría haber sido irritante, y no creo que lo sea, al menos no lo es para mí por la forma en que Cooper lo interpreta, y la humanidad que tiene".

Entre temas de Nina Simone, Chuck Berry, Paul McCartney y The Doors, Gary y Alana encuentran en el otro su tabla de salvación cuando las cosas salen mal.

Respecto a Anderson, su brújula en Licorice Pizza, nombrada una de las mejores películas del año por el American Film Institute, fue ese clásico fílmico llamado American Graffiti, de George Lucas.

"Cuando estás haciendo una película que tiene lugar en esta época, esa es la punta del iceberg.

Una vez que la miras (American Graffiti), sabrás a qué aspiras en términos de cierto tipo de sentimiento, textura y estilo. Es insuperable lo que sucede en esa película, que es tan hermosa", asegura el cineasta.

 

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