Pasar al contenido principal
x

Juega su mejor naipe 

El Contador de Cartas
Foto(s): Cortesía
Agencia Reforma

Juan Carlos García/Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.-Ex interrogador militar, experto en crueldad e indiferencia emocional, William Tell (Oscar Isaac) se adapta tan bien a sus más de ocho años encarcelado que ahí perfecciona su habilidad para las cartas, y se convierte en un potencial jugador de campeonato. 

Ya libre, el retraído, analítico y solitario personaje del histrión guatemalteco en la cinta “El Contador de Cartas”, dirigida y escrita por Paul Schrader, se manifiesta como un jugador, y no como apostador, per se. 

"Al principio no entendí a Will, fue misterioso, muy lleno de acertijos que no sabía cómo describirlo. Eso me intrigó, volví a leer el guión y su autorreconocimiento me gustó. En la tercera lectura me fascinó que su actuar no es lógico, porque siempre juzgamos con base en la lógica, y lo que menos tiene Will es uso de la lógica como la conocemos", compartió Isaac en entrevista.

"Es una invitación a la reflexión sobre un personaje sumamente solitario, quien espera que algo suceda en su vida, porque es rutinaria. Y usa una máscara, la cual es su profesión. Se sume en una especie de limbo que no lo lleva a ningún lado. Y de pronto encuentra una motivación que lo obliga a vivir una vida o situación real", apuntó el director.

En la tonalidad de exhibir las debilidades y fortalezas humanas, tal como lo hizo con Jake LaMotta en Toro Salvaje, o con Travis Bickle en Taxi Driver, en El Contador..., que hoy se estrena, cuestiona las razones de vida de su personaje central. 

El soldado caído en desgracia va de casino en casino, por la zona de Atlantic City y alrededores, jugando con astucia, pero sin llamar la atención. 

Ahí conoce a La Linda (Tiffany Haddish), una "administradora" de talento que quiere convertirlo en estrella, y a Cirk (Tye Sheridan), joven atormentado porque su padre se suicidó luego de lo que vivió en prisión. Y como Will lo conoció, se vincula con su deseo de venganza en contra de Jack Gordo (Willem Dafoe). 

"Es una dinámica muy extraña la que se da entre Will y Cirk, pero propicia un cambio drástico: hay sentimientos cruzados, una dinámica padre-hijo, mentor-pupilo, protector-protegido, que seduce por saber lo que va a pasar con cada uno. Will se convierte en una figura paterna para Cirk y eso lo saca de su cuadrado y solitario entorno, angulado por la predictibilidad", manifestó Oscar. 

"Hay un problema de crisis emocional y de valores y de identidad, que el personaje de Oscar te muestra que cuando le llega una motivación, brinca, se transforma", agregó el realizador. 

El planteamiento final es, ¿hacia dónde va Will impulsado por LaLinda y Cirk?


 

 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.