MONTERREY, NL.- ¿Qué impulsa a un narco a traficar con drogas y asesinar? ¿Por qué son tan violentos? ¿Para qué quieren tanto dinero y poder? En busca de responder estas preguntas, la periodista Anabel Hernández escribió “Emma y las otras señoras del narco” (Grijalbo, 2021), un libro que ella considera un estudio sobre el mundo de las mujeres dentro del narcotráfico en México.
Producto de una larga investigación para entender el crimen organizado, la obra ha tenido gran éxito, al punto de agotarse continuamente en librerías y tener que renovar ejemplares. ¿Por qué?
“El libro de Emma, en realidad es mucho más que un libro de narcos", señala Hernández en entrevista, autora de “Los Señores del Narco” (2010). "Te habla de cómo son las relaciones de pareja, las relaciones machistas, el sistema patriarcal que está en México".
El libro retrata las relaciones entre populares delincuentes con sus parejas, esposas y amantes, por ejemplo, Emma Coronel y Joaquín Guzmán "El Chapo", Diana Espinoza y Rafael Caro Quintero, y Priscilla Montemayor y Edgar Valdez "La Barbie".
También descubre las historias de famosas de otros tiempos y celebridades recientes como Alicia Machado, Arleth Terán, Galilea Montijo o Ninel Conde.
Y aunque la popularidad del libro también se debe a que algunos le han dado un sentido sensacionalista por la presencia de la farándula (que no es el propósito de la investigación, subraya la autora), Hernández dice que los lectores lo han aceptado bien porque, de alguna manera, se identifican.
"Lo que he escuchado es que tanto hombres como mujeres, cuando empiezan a ver las historias, se sienten reflejados porque de un modo u otro hemos vivido esas historias o a través de algunas personas cercanas", detalla.
"Nos hace cuestionarnos nuestras relaciones humanas, familiares y estas dinámicas entre hombres y mujeres, y entre mujeres y otras mujeres".
Su papel en el narco
Durante los siete años de investigación sobre el narco en México, Hernández encontraba nombres de mujeres, pero los dejaba pasar de largo.
Todo cambió en el 2016 cuando Emma Coronel, esposa de "El Chapo", decide hablar en público por primera vez y lo hace en entrevista con la periodista.
"Hablando con ella es que me entra esta curiosidad realmente qué son estas mujeres, cuál es su papel", recuerda la autora de otros éxitos editoriales como Los señores del narco, del 2010.
A diferencia de otros gobiernos, destaca, donde se investiga y sanciona a esposas, amantes e hijas de narcotraficantes, en México es un tema no explorado.
Con su libro ha podido comprender que las mujeres son quienes alimentan el ego de los narcotraficantes, quienes en realidad son hombres muy inseguros y buscan alguien que les aplauda sus "proezas".
"Son las mujeres que los cobijan, que los consuelan y que les hacen sentir aceptados por alguien, al menos", afirma "independientemente de los crímenes horribles y terribles que cometen".
Desde su perspectiva, todas las mujeres que están dentro del mundo del narco son víctimas porque fueron educadas bajo un esquema patriarcal machista. Y quienes aprovechan su posición a su favor, también son victimarias.
Adelantó que está trabajando en una segunda parte, con más información que ha recibido tras la publicación.
- ¿Con cuáles reflexiones te quedas después de este libro?
"Sobre cómo ayudar legislativamente hablando. Cómo la Fiscalía, cómo las autoridades, tienen que comenzar a ver desde otra óptica el problema.
"Es importante meterlos a la cárcel, sin duda alguna. (Pero) es importante confiscar los bienes a estas mujeres, desalentar su actividad criminal en estas familias".
- ¿Cómo es platicar con estas mujeres?
"Es la parte más difícil. Es durísimo porque es como un veneno que se queda en la sangre de uno y yo, al menos, me tardo tiempo en metabolizar este veneno.
"Necesito sacarlo a través de otras cosas que no tienen que ver con el periodismo. Me gusta pintar, me gusta caminar".
- ¿Cómo te sientes tras la publicación?
"Siento que he hecho un trabajo importante que quizá pueda ayudar a desatar estas denuncias, porque estas mujeres son las guardianes de los secretos más sensibles de estas familias criminales.
"Si el gobierno encontrara una manera de evitar que estas mujeres terminen ahí sería pegarles a los carteles de la droga debajo de la línea de flotación: eso sí sería un sabotaje profundo a las dinámicas de reproducción del sistema criminal".
