Por Antía Alfonso
La modernidad de una Buenos Aires que avanza al ritmo de los ferrocarriles es el escenario que Clara encuentra a su llegada desde la provincia de Tres Lomas. Aunque por accidente llega a los arrabales y no a Palermo (como le habían sugerido), también por accidente se convierte en trabajadora sexual. A pesar de ello, es una persona virginal, inocente y hasta infantil. En ella se conjugan a la vez los temores masculinos con los cuales la mujer ha sido representada, demonizada y censurada: las dicotomías entre niña y mujer, santa y diabla, etcétera. Clara es un sujeto inaprensible por los hombres, pues estos ven en ella solo cuerpo, representación y sexualidad, sin ser capaces de identificar sus deseos y emociones.
Hija de la escritora Luisa Mercedes Levinson, Luisa Valenzuela (1938) es una novelista, ensayista, cuentista y periodista argentina. Sus textos se caracterizan por su posicionamiento feminista y consecuente cuestionamiento de las opresiones del régimen dictatorial argentino, cuya censura la llevó, durante la década de los ochenta, a vivir exiliada en los Estados Unidos. Mientras vivía en París y con sólo veintiún años, Luisa Valenzuela escribió “Hay que sonreír”. En esta, su primera novela, apunta la mirada hacia el sector marginado de los arrabales: la pobreza e incapacidad de elección de personajes que han sido relegados desde que tienen memoria y buscan una estabilidad que nunca llega.
En su tránsito, Clara se reconoce a sí misma y se fortalece a partir de las experiencias que vive con sus clientes y amantes esporádicos. En todos los casos, hombres egoístas que se apropiaban de su cuerpo y lo utilizaban para enriquecerse, para redimirse, para dominarlo y sobre todo para fortalecer su frágil hombría. La ironía de Valenzuela en su narración produce desconsuelo: Clara debe sonreír por resignación, saboreando una felicidad que sabe esporádica y frágil. Lo que en el fondo desea es compañía, cariño y dignidad. Su lucha consiste en enfrentar un tiempo que, en ocasiones, transcurre dolorosamente.
