Pasar al contenido principal
x

LECTURAS PARA LA VIDA: Dos escritores que fueron Santa Claus

santa-claus
Foto(s): Cortesía
Redacción

Mónica Ortiz Sampablo

 

Primera de dos partes

 

La cartita a Santa Claus es una tradición que llegó para quedarse, aunque ha sido  rechazada por innumerables personas, lo cierto es que año con año se siguen escribiendo cartas y cartas dirigidas a este personaje. Niños de todas las edades empuñan el lápiz y adornan un trozo de papel para plasmar sus deseos, generalmente materiales, que culminan en la llegada de un regalo al pie de su cama. Otros en definitiva se quedan esperando y quizá con enfado o tristeza empuñan nuevamente “el arma” para hacer una carta de reclamo.

No se sabe bien cuál fue la primera carta que se dirigió a Santa Claus, sin embargo, se tiene como referencia una carta de principios del Siglo XIII que dice: “San Nicolás, patrón de los niños buenos. Me arrodillo ante ti para que intercedas. Escucha mi voz a través de las nubes y esta noche dame algunos juguetes. Más que nada, quiero una casa de muñecas con flores y pajaritos.” 

Una fecha más cercana en la que se realizó otro hallazgo fue en 1922 en un colegio en Gales, la encontró un conserje mientras limpiaba la chimenea, y luego de restaurarla se pudo leer: -Querido Papá Noel, ¿vas a venir a verme de nuevo en dos semanas, ¿no? - Dile a mamá que quiero el libro Tell England”; y Un vestido de noche. Con amor-.

Podemos observar que el objetivo de ambas misivas es pedir y generalmente cosas materiales. En la actualidad se escuchan un sinnúmero de opiniones al respecto, pero en estas notas no abundaré en ello, me centraré más que nada en el acto de escribir cartas como germen de la ilusión y la esperanza de un niño, pero más específicamente en la interacción de un adulto que busca establecer con sus hijos un juego en el que hacerse pasar por Santa alimenta una relación divertida y estimulante para la imaginación.

El escritor Mark Twain lo hizo, dio muestra de la ternura que un padre puede bordar para

sus hijas, la tan necesaria y sencilla ternura que sin duda para él fue placentero, dado que estamos hablando de un hombre que amaba escribir. Mark responde a su hija de tres años, Susie desde el palacio de San Nicolás, en la Luna, una mañana de Navidad.

Continuará el próximo miércoles…

 

[email protected]

 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.