"La verdadera historia de Ah Q", de Lu Xun, cuenta la vida de un paria de la pequeña localidad de Wei- Chuang, cuyos habitantes lo han hecho su siervo temporal y su hazmerreír. El hombre, sin hogar ni familia, no encuentra acomodo en una sociedad que, sin saberlo, se halla en la antesala de una revolución que habrá de transformar las costumbres y el sistema de valores de su época. En esta sociedad, el prestigio se fundaba en un marco jerárquico que parecía inmutable y este texto relata precisamente la tragedia de un hombre que jamás se hará de un lugar.
Ah Q confiere a sus fantasías el poder de normar la realidad. Cuando discute con algún habitante del pueblo, invariablemente termina golpeado; sin embargo, Ah Q toma sus sucesivas derrotas por triunfos. Incapaz de comprender cómo funcionan los sutiles mecanismos de las relaciones humanas, desprecia el deseo sexual y lo condena en sus reflexiones, pero al sentirlo no encuentra más salida que expresarlo de manera cruda y por supuesto, es rechazado.
Al estallar la revolución, la vida de Ah Q no parece afectada por los eventos que se dan en el marco de ésta y que implican para otros habitantes grandes cambios. Él apenas vislumbra en ellos una serie de fantasías en las que muda su estado de paria, pero anclado en fantasías sin sustento, está impedido para hacer de sus deseos un verdadero proyecto de transformación.
"La verdadera historia de Ah Q" es un relato intenso en todo momento. El protagonista sufre durante la revolución civil a manos de ambos bandos: los revolucionarios y la comunidad en la que vive. Si en un comienzo estaba entusiasmado por este gran movimiento social, luego se decepciona al ver que no hay diferencia, los revolucionarios lo tratan con el mismo desdén y la misma violencia. Si la revolución se ofrecía para Ah Q como la oportunidad de escapar de su miserable destino, el autor parece decir que la transformación no es posible mientras se continúe pensando en los términos de la tradición.
