Pasar al contenido principal
x

El lector furtivo: La Caniem vs la Pirateca (primera de dos partes)

libros
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafel Alfonso

 

Este 3 de enero, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), lanzó un comunicado/ aclaración en torno del grupo denominado Pirateca, con presencia en las distintas redes sociales y una página, pirateca.com, dedicada a digitalizar y compartir libros.  

La Cámara, que agrupa a “más de 220 empresas editoriales”, hace del conocimiento público que la autoridad competente, el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, ha determinado que las actividades de dicha página son ilegales y que en consecuencia empleará todos los recursos legales a su alcance para hacer valer el derecho de autor, y aquí es donde se abrió una controversia en redes sociales, ya que el comunicado de la Caniem reza que “el Derecho de Autor y la Propiedad Intelectual son el garante que tienen los artistas y trabajadores creativos de México, para vivir dignamente de su trabajo, junto con sus familias”, y aquí es donde surgió la controversia. 

Muchos autores no pudieron menos que poner cara de circunstancia, porque su experiencia particular (aunque generalizada) es que los libros que han escrito poco les han redituado, de manera que no podrían decir que gracias a ellos “viven dignamente de su trabajo”; muy por el contrario, muchos escritores perciben que dedicarse a las letras supone una inversión en tiempo, dinero y trabajo que casi nunca se ve retribuida.  

En términos generales, en el caso de Oaxaca, el precio total de un libro se distribuye de la siguiente manera: el 40 % corresponde al librero exhibidor que invierte en renta de local, pago a empleados, contabilidad, suministros e impuestos por operación. El 50 % corresponde a la editorial que tendrá gastos similares, pero también habrá pagado a diseñadores e ilustradores, correctores e impresores, más el costo propio de la impresión, y en ocasiones, los gastos de distribución y almacenaje de sus ejemplares. El 10 % restante corresponderá al autor, que habrá invertido, además de su talento, en promedio un año de su vida imaginando, planificando, investigando, escribiendo, redactando; para ello ocupará tiempo robado a las otras actividades de su rutina diaria, que muchas veces incluyen el trabajo remunerado que les permite sobrevivir.

Considerando estos números en un país con un índice medio de lectura de dos libros al año por habitante, en el sector editorial la prosperidad es, antes bien, una excepción que una regla. Esto hace que todas las apuestas editoriales sean arriesgadas y que la recuperación de la inversión tarde en llegar, siendo el autor, por lo general, el último beneficiado. Con los números que acabo de desglosar, una vida digna a partir de la venta de libros debiera suponer para un autor vender decenas de miles de ejemplares al año. Algo a lo que realmente pocos privilegiados pueden aspirar y no siempre en función de su talento literario.

En la segunda parte de este artículo, detallaremos las actividades de la mencionada Pirateca y ofreceremos algunas opciones legales para contar con material de lectura gratuito o a bajo costo. 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.