El lector furtivo: El estado de la crítica literaria en Oaxaca | NVI Noticias Pasar al contenido principal
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El lector furtivo: El estado de la crítica literaria en Oaxaca

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

Apuntábamos ya que la crítica literaria en Oaxaca es inexistente. Los comentarios que circularon al respecto del artículo anterior coinciden en ello, aunque se reconoce su necesidad. Ahora vamos a tratar algunos aspectos para ver si es cierto que se puede instituir en Oaxaca un ejercicio crítico de la literatura.

Pertinencia de la crítica literaria

Podemos leer en el prólogo a la primera parte del Quijote esta sesuda reflexión puesta en boca de su anónimo narrador: “Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas, y las cuentas sus amigos por agudezas y donaires”.

Es algo que acontece naturalmente y dudo que algún escritor haya sido ajeno a esta experiencia. No es fácil para nadie advertir las faltas de la obra propia, e incluso, a veces, sus virtudes.

Invoco, vía copy-paste, las palabras de Zagreo Yaco quien, con muy buen tino, en su artículo “El Boom Oaxa y la Nueva Crítica” advierte: “Si no existe un ejercicio crítico constante los y las escritoras caen en la más rotunda de las comodidades, sin réplica y sin lectores, los autores y autoras oaxaqueñas se agrupan en pequeñas cofradías para auto celebrarse y construir un muro de vanidad y elogios”.

Más allá de la vanidad, un autor serio querría saber si los hallazgos propuestos en su obra han sido advertidos, si las ideas que materializó en su texto fueron comprendidas. Ahora bien, otra de las tareas inadvertidas del crítico es poner en juego el nombre de la obra y del autor para colocarla en el lugar que merece (de manera aproximada que nunca justa) según sus alcances, en una tarea nunca terminada.

Periodicidad y sesgos

En la entrega anterior advertimos de la hipersensibilidad que un escritor puede presentar ante la crítica. Además de superar esta condición, creo necesario consolidar uno o varios espacios (permanentes) en los que los autores pasen a abrevar de su crítica y lean, junto con sus lectores potenciales, las de otras obras.

Este ejercicio debería atender, además del criterio primero de “literatura oaxaqueña”, obras provenientes de los distintos colectivos, casas editoriales y autores independientes, sin los habituales sesgos que nos llevarían a la posición inicial de las pequeñas cofradías.

Perfil del crítico

Es necesario considerar también, que se debe superar la fase de comentario subjetivo (lo que en la actualidad priva) para pasar al ejercicio crítico con bases objetivas, sustentado en un marco de interpretación literaria basado a su vez en una teoría. Esto, con el fin de hacer de la crítica un ejercicio inteligible que permita, ¿por qué no?, la dialéctica, entre críticos. Esto requiere, por supuesto, conocimientos formales de literatura.

De la crítica, se espera vaya más allá de las palmaditas en la espalda a los amigos, o peor aún, la expresión visceral de las antipatías y aversiones personales. De esto último no me viene ningún caso a la mente, pero lo primero es materia constante en la actividad de quienes reseñan, o reseñamos, debiera decir. No es que se trate de una actividad sin valor, sólo es de reconocer que la crítica literaria tiene otro cariz y exige, tanto para críticos como para las obras, un compromiso mayor con la literatura.

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