Rafael Alfonso
El día de San Silvestre es conocido mundialmente por una tradicional carrera internacional (no una maratón) que se lleva a cabo en Brasil; pero al otro lado del mundo, en la tradición escandinava, es conocido porque quien muere en dicho día —que es el último del año—, se convierte en el carretero de la muerte. La tarea de este personaje es recoger las almas de los fallecidos y conducirlas al más allá durante el año siguiente.
La sueca Selma Lagerlöf, primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura, escribió en 1912 una novela corta basada en esta tradición. La obra, titulada "El carretero de la muerte", cuenta la historia de David Holm, un hombre alcohólico y violento que maltrata a su esposa e hijos. En su lecho de muerte, la hermana Edith, una religiosa gravemente enferma de tuberculosis, pide ver a Holm, pues sabe que su esposa, harta de los maltratos, piensa envenenarse con sus hijos.
La noche de San Silvestre, David Holm es atacado por sus compañeros de borrachera y queda gravemente herido. En ese momento aparece Jorge, un antiguo amigo que también había caído en el vicio. Jorge ha sido el carretero de la muerte durante un año y ha venido a dar la estafeta a su nuevo compañero. Jorge levanta a David y le comunica que está muerto. Este no lo cree al principio, pero pronto se da cuenta de que es cierto. Jorge le informa que durante el año siguiente será el encargado de recoger las almas de los muertos.
La novela de Lagerlöf es una fábula moral que explora los temas del arrepentimiento, la redención y el poder del amor. "El carretero de la muerte", escrita como parte de una campaña contra la tuberculosis, la enfermedad que aqueja a Sor Edith, forma parte del interesante corpus que hizo a su autora merecedora del Nobel y que incluye otras obras sobresalientes como "El maravilloso viaje de Nils Holgersson".
Aunque "El carretero de la muerte" se basa en una tradición escandinava, tiene un mensaje universal. Por su filiación feminista, la autora intentaba mostrar una visión realista de la naturaleza humana, criticando el vicio y el maltrato, pero finalmente mostrando cómo el arrepentimiento y el amor pueden transformar a las personas.
"El carretero de la muerte" ha sido adaptada al cine en varias ocasiones, pero fue la primera, a cargo de Victor Sjöström en 1921, con la asesoría literaria de la misma autora, la que dejó una impronta indeleble en el cine mundial, al ser una de las obras que contribuyó a definir el estilo del también sueco Ingmar Bergman, maestro del séptimo arte, quien afirmaba verla por lo menos una vez cada año. En esta cinta hay una escena icónica: un hombre rompe a golpe de hacha la puerta de la habitación en la que su mujer lo mantiene encerrado; obviamente, Stanley Kubrick también era fan de la cinta.
