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Asesina íntima: la novela de Esquinca que revive a "la mataviejitas"

Foto(s): Cortesía
Israel García Reyes

Israel García Reyes

A propósito del lanzamiento de la novela "Asesina íntima", de Bernardo Esquinca, publicado de la Editorial Almadía 2021, sostuvimos una entrevista exclusiva con el autor en la ciudad de Oaxaca de Juárez, en el marco de la Feria Internacional de Libro de Oaxaca 2021.

Para la entrevista, el autor de "Carne de ataud" y "Demonia" lleva puestos lentes oscuros, camiseta y jeans. Sentado ante la mesa de una librería y cafetería que da al Andador Macedonio Alcalá, en el corazón de Oaxaca de Juárez, nos habla acerca de su reciente publicación.

La trama está basada en la historia real de Juana Barraza, "La Mataviejitas", quien fue detenida en 2006 acusada de haber cometido 16 homicidios contra mujeres de la tercera edad en la zona metropolitana de Ciudad de México y por cuyo delito permanece en el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla.

El autor tapatío, pero avecindado en la capital del país, explica los retos de este trabajo: "Lo que hago es basarme en esos hechos reales, en entrevistas, reportajes y notas, y a partir de esa realidad construyo una ficción. La realidad me alcanzaba para contar, hasta cierto punto, esta historia muy compleja, pero después necesité a la literatura para iluminar ciertos aspectos oscuros".

"Había muchas cosas de esa historia que no sabes y yo tenía que imaginarlas. Es una novela de ficción basada en hechos reales, pero es un intento de entender este personaje tan singular que es La Mataviejitas".

Refiere que cambió el nombre de Juana Barraza por el de Chana Barrera debido a que con este libro ahora se trata de un personaje propio:

"No me interesaba hacer un texto documental, sino más bien un ejercicio de la imaginación".

Asesinos seriales

Al preguntarle sobre el interés del público por la figura de los asesinos seriales, explica:

"Los seres humanos tenemos una parte morbosa, es natural en el ser humano; unos más desarrollada que otros. Yo soy un gran morboso y por eso siempre estoy tras estos temas. Los asesinos seriales son muy populares porque son como el monstruo de la sociedad que puede acechar a la vuelta de la esquina".

"Son personajes muy carismáticos, que tienen un gran magnetismo. Este binomio: atracción-repulsión, que despiertan, lo hacen los monstruos. El asesino serial es un monstruo de la vida real que en muchas ocasiones está entre nosotros, como es el caso de Chana Barrera, el personaje de esta ficción".

Esquinca recordó que La Mataviejitas era luchadora, también se disfrazaba de trabajadora social o empleada para entrar a los domicilios de sus víctimas:

"Inicialmente ese era el motivo de ella, robar a personas vulnerables de la tercera edad. Pero luego le entraba una cuestión como de furia por todo su pasado, por su madre que la maltrató mucho, una mujer alcohólica que la vendió cuando ella tenía 13 años con un hombre mayor. Y entonces le entraba esta furia asesina".

El autor de "Los niños de paja" y La Saga Casasola subrayó el desconcierto que causa la captura de un asesino serial, de quien sus vecinos casi siempre dicen que "parecía tan buena persona" y es de quien menos podrían sospechar.

Para el novelista mezclar los elementos de un personaje o hecho histórico con la ficción significan: "todo un reto. Se necesita una base de la cual partir. Uno se está basando en un hecho y hay que conocerlo en todos su detalles. En esta investigación de La Mataviejitas lleve un cuaderno. Vi muchos videos y leí muchas cosas, entonces fui anotando una línea del tiempo desde cómo empezó, cuándo apareció el primer cadáver, la policía qué decía, la prensa qué decía, hasta que la atrapan y qué pasa cuando la atrapan, y la sentencia..."

Abundó que una vez que tenía el mapa de lo que había sucedido, comenzó la recreación de los hechos alternando elementos como la pesquisa, la detención de falsos culpables por la presión mediática y los inocentes que encarcelaron; todo esto le sirvió para hacer la reconstrucción del personaje; sin embargo, había zonas que no están relatadas y es ahí donde se valía de la ficción.

"No iba a inventar cualquier cosa, sino imaginar algo que podría estar muy cercano a la realidad de lo que desconocemos del caso".

"Es un ejercicio interesante, es un buen reto y era encontrar la clave de: hasta aquí me sirve la realidad, pero de aquí tengo qué imaginar".

Motivación de la novela

Esquinca nos compartió que la idea de investigar a Barraza surgió por Storytel, una plataforma de audio-series que le propuso desarrollar una serie original sobre algún asesino. Él planteó varias posibilidades, entre ellas a La Mataviejitas y fue la historia de vida de ella, el que fuera una mujer, lo que decidió su proyecto: "ella estaba matando a los 50 años: eso es muy raro. Los asesinos seriales son jóvenes. Además del hecho de que fuera luchadora, que tuviera esta vida tan terrible..."

"Es muy raro que existan asesinas seriales mujeres. Generalmente, quienes han estudiado estas personalidades tan complejas de los asesinos seriales han desarrollado un esquema muy reconocible en que la mayoría de los asesinos seriales son hombres, blancos. Es muy raro que haya de raza negra. Sí los hay, seriales, pero son los menos. Siempre hay un patrón muy claro: hombre, blanco y generalmente joven", explica el novelista y cuentista.

"El caso de ella (Juana Barraza), es mujer y además, grande" de edad.

Destacó que La Mataviejitas sufrió muchos abusos en su niñez y que un hijo suyo murió, lo que permite crear un perfil de su personalidad.

"Me pareció un personaje muy complejo, muy rico en matices como para explotarlo literariamente. Además, es un tema popular", abundó.

Indica que decidió hacer una novela coral: "Entendí que necesitaba muchos personajes para que me ayudaran a contar esta historia; no sólo uno. Uno de ellos es la propia Chana Barrera, pero necesitaba al criminólogo, necesitaba a los vecinos, necesitaba a los reporteros de nota roja, a los propios policías que la atraparon y a los reporteros de televisión".

El proceso creativo

Respecto de su proceso creativo, confiesa: "No escribo todos los días. Es decir, si estoy escribiendo una novela o un cuento, pues sí, escribo hasta que lo acabo. Pero cuando termina ese proceso puede pasar cierto tiempo hasta que otra historia esté lista para contarse".

"Soy muy disciplinado. Escribo más o menos rápido y cuando escribo sí vivo dentro de ese mundo. Estoy pensando todo el tiempo en la historia. No tomo notas, salvo en La Mataviejitas, porque me lo requirió. Generalmente es un proceso muy mental, de pensar en la cola del banco, en el consultorio del doctor mientras espero. Mientras me estoy bañando estoy dándole vueltas a: qué sigue. Me acuesto pensando en eso y despierto pensando en eso", explica.

"A mí me funciona un proceso muy inmersivo y obsesivo de estar pensando en esta historia todo el tiempo para habitarla, para apropiarme de ella. Ya cuando acabo, cambio el chip y me dedico a otra cosa", comenta.

"Corrijo mucho; soy muy obsesivo. En la misma sesión en que me siento un par de horas y escribo un capítulo, por decir, me regreso y lo estoy trabajando. Hay escritores que hasta que terminan, revisan, pero yo cuando escribo, me regreso mucho. Aún así, escribo rápido. Son manías de uno", reconoce.

"Uno va entendiendo el oficio. Sí es importante entender cuándo te vas encaminando. A veces, uno tiende a precipitarse cuando es más joven o inexperto, o luego se tiende a dilatarlo. La experiencia nos va diciendo... Es como cualquier oficio: con el tiempo uno lo va aprendiendo".

Al pasar al tema del camino del escritor, subraya: "El éxito literario es relativo, es difícil y no llega fácilmente. Hay gente que se desespera y ya luego se dedica a otra cosa. Lo principal es leer mucho y escribir mucho, pero hacerlo con honestidad, con congruencia y teniendo fe en lo que uno hace".

Cómo empezó a escribir

"Mi padre, que ya murió, escribía muy bien. Yo en las noches llegaba al pie de su cama a leerle un cuento y él me daba sus opiniones. Esas cosas me ayudaron mucho. También en mi fase como editor en periodismo cultural, que en Guadalajara lo hice muchos años, tuve la fortuna de editar a autores que eran colaboradores del periódico, como Rodrigo Fresán o Juan Villoro, durante muchos años. Pues leyéndolos a ellos, editar es un decir porque los textos venían muy bien, pero simplemente leer las colaboraciones que entregaban, les aprendí muchísimo".

Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972) es un cuentista y novelista que mezcla los géneros policiaco, fantástico y de terror en sus relatos. Ha publicado 14 títulos y en 2017 obtuvo el Premio Nacional de Novela Negra por "Las increíbles aventuras del asombroso Edgar Allan Poe".


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"El éxito literario es relativo, es difícil y no llega fácilmente. Hay gente que se desespera y ya luego se dedica a otra cosa".

Bernardo Esquinca

 

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