Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Isamu Noguchi, escultor y diseñador estadounidense de origen japonés, pasó año y medio en México en la década de los 30, cuando trabajó un mural en el Mercado Abelardo Rodríguez, en el Centro Histórico.
Y no regresaría al país sino a partir de los años 60, con una presencia frecuente.
De acuerdo con Dakin Hart, curador del museo neoyorquino que lleva el nombre del artista, un grupo de creadores y arquitectos relacionados con la arquitectura orgánica, entre los que destacaba Mathias Goeritz, propusieron en algún momento crear un premio para escultores interesados en moldear el espacio público, y habrían optaron por Noguchi.
Una comisión que la historiadora del arte Lily Kassner, experta en la obra de Goeritz, intentó aterrizar en Ciudad Universitaria, muy cerca del Espacio Escultórico de la UNAM, pero que no llegó a concretarse por cuestiones de financiamiento y tiempos.
El curador del Museo Noguchi asegura que el escultor estadounidense, fallecido en 1988, sentía una "increíble simpatía natural por México".
Como a todo extranjero, visitó las zonas arqueológicas del país, como Teotihuacan y Chichén Itzá.