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Una mujer en la burbuja

brujula-consejos
Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

Rafael Alfonso

Amada Rosario:

La misma emoción que me embargó al leer tu texto por primera vez se presenta de nuevo ante mí, hoy que veo culminada la puesta en escena del mismo. Al mirar los ensayos que religiosamente Nancy y tú programaron para los días de pandemia, tuve la impresión de asistir a una misión titánica, por el larguísimo periodo de casi dos años que ocuparon para ello. Ahora, los frutos de este esfuerzo están a la vista; esfuerzo que, por otro lado, no pretende obtener una ganancia económica o un reconocimiento, sino que se aboca a entregarse en la escena hasta la extenuación, pero sobre todo, a sanar a través de la palabra y las imágenes.

La enfermedad

Por ese afán de cumplir hasta el límite en tu trabajo, pasaste casi una semana de malestares mal atendidos cuando ingresaste aquella tarde al hospital, llevada casi a rastras por Angélica, a quien, al igual que a los profesionales de la salud que te atendieron, prácticamente debemos tu vida. Una rápida revisión determinó que era preciso internarte, y para la noche ya estabas aislada en aquella burbuja en la que pasaste diez días luchando contra la neumonía por una influenza que no quería ceder. Sin teléfono, televisión, ni internet, tu interacción se limitaba a escuchar a médicos y enfermeras hablar de ti y de tu extraña enfermedad  como si no estuvieras presente -eran tiempos anteriores a la pandemia-. A lo lejos pudiste ver a otros pacientes padecer, curarse y también, por desgracia, morir, sufriendo en ese lapso la incertidumbre de tu propio destino.

El texto

Tu único consuelo fue aquella pequeña libreta en donde volcaste tu pensamiento, tan intenso y profundo. Tan poético. Yo no hubiera creído que el texto fuera de tu autoría, si no hubiera sido testigo de cómo se construía a cada jornada y no me lo hubieras compartido en propia mano; no porque no creyera en tu capacidad poética, sino porque es extraordinariamente complicado hacer un texto de esa calidad de una sola vez, además de que "Una mujer en la burbuja" es, por así decirlo, tu ópera prima. El poema que salió bajo tu brazo del hospital a pesar de su aparente caos, es un texto redondo, íntegro, lleno de imágenes novedosas y de una sensibilidad inteligentísima, que apenas ha sufrido alguna modificación para ser llevado a la escena. Desde ese momento se abrió para ti un camino infinito para tu expresión artística.

Aunque muchas imágenes y hechos que consignas son producto de los delirios propios de la fiebre, la medicación extrema y la duermevela, es necesaria la sensibilidad de una poeta para poder traducir en palabras todo aquello que se puede vivir en esta situación extrema de angustia, y plasmarlo a un tiempo con arte y verdad.

La puesta en escena

Pero, antes que nada, eres actriz, de tu calidad hablan ya los años de tu larga trayectoria. En complicidad con la directora Nancy Hernández Cabrera, el apoyo irrestricto de Lorena Lira y Claudia Mendoza, y la música inmejorable de la generosa Luisa Hernández y Niza Va; el público podrá apreciar, lo que ahora testimonio, una puesta en escena que sacude sin tregua durante el tiempo que accionas, con esa presencia tuya que ojalá nunca nos haga falta.

Con amor: Rafa

¿Quieres saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

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