Pasar al contenido principal
x

LECTURAS PARA LA VIDA; Cuentos del Doctor Lector: Los desaparecidos

segunda-portada
Foto(s): Cortesía
Redacción

Vicente Estudillo Castillo

 

Séptima de once partes

 

Habían quedado firmemente grabados, se agachó para estar seguro; Leonel, que lo observaba a la distancia, se acercó corriendo; todos los demás no observaban, unos estaban recargados sobre una pochota, otros en una lumbricera, descansando, mientras las chachalacas cantaban.

Marcial le dijo:

-Espérate, parece que son las huellas de la niña, no le hables a todos, se amontonarían y las borrarían, mejor háblale a Cleofás.  

Pedro, que a pesar del cansancio, fue presuroso.

–¿Qué pasó muchachos, qué encontraron?

–Mira- le dijo Marcial, dirigiendo la afligida mirada a donde estaba marcada la huellita infantil. Fue una inyección de esperanza, ya que después de muchas horas de búsqueda, fueron los primeros indicios de que los niños habían seguido por ese camino. Entonces, todos se juntaron y comenzaron nuevamente a vociferar los nombres de los pequeños. Luego de un rato de euforia por las huellas encontradas, surgió la pregunta:

-¿Y el niño, por qué no están sus huellas también? ¿Se habrá quedado atrás? ¿Y si lo pasamos sin darnos cuenta?

Siguieron las huellas que llegaban hasta un arroyuelo que descendía de lo más alto de la montaña, donde algunos se remojaron la cara, tomaron agua y lavaron los paliacates ya muy sudados. Otros aprovecharon para llenar los pumpos con el agua fresca. 

En eso estaban cuando escucharon unas voces que provenían de la parte baja del cerro; eran de más gente del pueblo que los había alcanzado; les traían totopos, memelitas, yuca cocida, queso seco, tempenchile y frijoles, pues no habían probado bocado durante toda la noche. Les preguntaron si habían visto huellas de los niños; la respuesta fue negativa, ellos habían seguido las huellas del grupo. 

Un muchachito de unos 15 años, hijo de tío Juventino, se acaba de integrar a la búsqueda, caminaba por delante, y alcanzó a ver a la distancia un pequeño objeto, corrió y encontró sobre una piedra un huarache; era de la niña.

Los padres llegaron, él les entregó el objeto, lo besaron. Algunos opinaron: "Han de estar por acá cerca, hay que apurarnos". Unos metros más adelante apareció el segundo huarache; pero del niño, no había rastro alguno.

Continuará el próximo miércoles…

[email protected]

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.