LECTURAS PARA LA VIDA
Antía Alfonso
Flor es una niña de 10 años que disfruta las actividades cotidianas de cualquier persona de su edad; inventar juegos, aprender las canciones que canta su mamá y armar rompecabezas. También tiene una afición secreta que comparte con su amigo el Pelos, buscar en el diccionario palabras prohibidas, “malas palabras” como ella les dice. Todo transcurre con normalidad, hasta que Flor debe llevar a la escuela una fotografía de cuando era bebé, y tras una serie de sospechas descubre que es adoptada.
Es a partir de esta revelación que empieza el conflicto verdadero. El mundo infantil de la protagonista se ve trastocado por la noticia y ella tiene que aprender a asumir y afrontar aquella verdad que apareció de pronto frente a sus ojos. Perla Szuchmacher cuenta en su obra teatral "Malas Palabras", una historia muy profunda de un modo sutil e impecable; tomando una situación cuyo camino más obvio sería el drama puro y creando un universo íntimo y cercano, pero a su vez lleno de momentos graciosos, reflexivos y conmovedores. La narradora es una Flor adulta que se comunica con el lector/ espectador desde su escritorio, un elemento cotidiano que brinda al relato un aire de sinceridad absoluta.
Szuchumacher elige el tema de la adopción como vehículo para hablar de los tópicos realmente importantes dentro del texto; la búsqueda de la identidad, el sentido de pertenencia, la familia, la amistad y el amor. Es entrañable la forma en que aborda escenarios de gran emotividad muchas veces excluidos en la literatura infantil, y es justamente por esa razón que esta narración es capaz de conectar tanto con niños como con adultos.
De este modo, la autora apela a la capacidad que tienen los infantes de comprender asuntos que los mayores creen demasiado complejos, lucha contra el ogro del silencio y demuestra que las únicas malas palabras son aquellas que no se dicen.
