Pasar al contenido principal
x

Escuchar

Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

ERES LO QUE CREAS 

Redacción

Estoy aquí escuchando a un viejo amigo de antiguos ayeres, la plática se hilvana en recuerdos de infancia, es un día de descanso muy propicio para hablar de temas triviales, sin embargo, sin querer o tal vez sí, la plática de mi querido amigo deriva creo en un recuerdo un tanto doloroso, hace una inflexión introspectiva y pareciera que recordara en voz alta. 

-Siempre hay una tenue sombra que obnubila mis ojos y el horizonte se ve con un denso vapor que no permite la absoluta claridad; parece, dice,  que es la voz de mi abuela, de mi madre, que martilla con suavidad pero de manera constante, como nos criaron a mis hermanos y a mí; algún día les dije, “no me digan que me criaron con setenta mil trabajos, yo no tengo la culpa, creí liberarme con esa expresión de protesta, pero no, a lo largo de mi vida dice, me ha acompañado en mis haceres, es un mandato permanente inconsciente, de ser acomedido”.

"Recuerdo la primera acción después de haber escuchado una sesión de ese mandato, lo primero que hice fue ayudar a alguien con una gran carga voluminosa a un hombre fuerte y joven, era el afán de cumplir desde ya con aquello que en ese momento de algo que era bueno…sin embargo esa actitud proactiva si, siempre fue muy apreciada por los demás, agradecida por otros tantos, y estuvo bien, me ganaba un reconocimiento, ayudaba a mi prójimo; pero llego a ser una gran carga, en ocasiones respondía a ese comedimiento sin que me lo pidieran, al grado de ser para los demás molesto, de que alguien se hiciera cargo de algo que era asunto de su competencia. Y así he caminado por la vida cargando además de mis asuntos el asunto de los demás, al grado tal que cuando no accionaba en alguna circunstancia que parecía me correspondía me sentía culpable o un mundo de pensamientos taladraban mis oídos, mis pensamientos.

Hoy que te lo cuento identifico, que si hay que ayudar al prójimo, si hay que ayudar a forjar un mundo mejor, un mejor futuro para las nuevas generaciones, que hay que dejar un legado de obras útiles, una acción conjunta para recuperar un poco de lo mucho que hemos desbastado de la naturaleza, incluso recuperar aquello que por inconciencia perdimos, que por necedad destruimos; si todo eso está bien, pero no porque sea un imposición consciente o inconsciente, al final del día es imposición, no es algo nacido de un querer autentico, consciente, espontáneo; hoy que te lo digo, hoy ahora sí, soy consciente de lo que debo cargar y lo que no, un velo de melancolía recorre los ojos de mi viejo y querido amigo, una dulce y triste sonrisa acompaña a una sentida expresión desde el fondo de su corazón, “gracias por escuchar”.

 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.