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El psicoanálisis y la labor docente

escuelas-unicef
Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

Rafael Alfonso

Tras un confinamiento de casi dos años, las escuelas del país están regresando a la normalidad, lo cual implica que paulatinamente, la escuela volverá a ser el lo que siempre ha sido: un microcosmos en donde niños y niñas, a través de la interacción con sus pares, consolidarán sus tempranas relaciones sociales. En dicha dinámica, maestras y maestros son figuras preponderantes.

Los padres inscriben a sus hijos en la escuela con la certeza de que esta impactará de forma positiva en la educación de estos. Ni qué decir que los maestros -con sus lamentables excepciones- cumplen su labor con dedicación, esmero y afecto que muchas veces trasciende lo estrictamente profesional. Para ejemplificar lo anterior me remitiré a esa anécdota que todo mundo vivió o de la que fue testigo en la infancia: cuando un niño o niña se dirige a la maestra llamándola “mamá”.

Los niños gustan de la escuela, pero tampoco es de extrañar que se sienten felices y afortunados los días festivos que implican la suspensión de clases, es decir, la interrupción de las labores cotidianas en favor de placenteras horas de descanso. Pero tampoco pensemos que lo anterior nos es ajeno como adultos, basta recordar cómo experimentamos, con mucho placer, el alivio que nos brinda un puente largo.

Sin embargo, un fenómeno que va en aumento es que los chicos experimenten aversión a la escuela, a los libros y a los maestros, lo cual debía preocuparnos a todos. La educación, tanto en casa como en la escuela, juega un importante papel para el desarrollo de nuestra sociedad. Una de sus tareas fundamentales consiste en imponer en los futuros ciudadanos del mundo el principio de la realidad por sobre el principio de placer/displacer que rige su vida infantil. Prolongar la primacía de este principio más allá de los primeros años, cosa que en nuestros días ocurre con frecuencia, conlleva graves consecuencias para la vida adulta. De esto da cuenta la llamada “descomposición social” de la que somos testigos o víctimas en el día a día.

Pero ¿qué sucede si los padres también están sujetos de manera irrestricta al principio de placer y no han hecho la tarea de acotar en sus propios hijos está primacía? Es necesario recuperar desde casa, el respeto por la labor docente, ya que las tareas escolares reafirman la relación entre esfuerzo y logro.

Desde aquí manifestamos toda nuestra admiración para las maestras y maestros quiénes, además de las materias escolares tienen que tratar todos los días con lo que se ha llamado el currículum oculto, es decir todas las actividades y fenómenos escolares que suceden en el seno de la escuela y que no tienen calificación. Entre ellos podemos mencionar los conflictos entre alumnos, entre docentes y con padres de familia; las tareas de adecuación del espacio escolar; los problemas emocionales de los alumnos, el establecimiento de la disciplina, la procuración de la armonía y el mismo cuidado de los niños dentro del aula. Cabe mencionar qué no estaría de más que los maestros se acercaran -a través del Psicoanálisis- al conocimiento de la vida anímica de los niños, cuya riqueza y complejidad muchas veces ignoramos. Esta disciplina nos brinda elementos para comprender y mirar con nuevos ojos los conflictos que viven cada día niños y niñas, haciendo con ello más efectiva la labor docente.

Para más información llame a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y espera nuestras próximas actividades enfocadas a este tema. ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

[email protected]

 

 

 

 

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