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CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO; Tardes de charlas psicoanalíticas

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Daniela Clarisa Concha León

 

Desmontar el autoengaño en el amor

Este viernes en "La hora del deseo"

 

Última de dos partes

 

En la nota anterior planteamos el caso ficticio de Marcela, una joven de 20 años, que a sus 15 quedó embarazada de quien aún considera el amor de su vida, a pesar de que la abandonó al recibir la noticia de que sería padre. 

Vimos cómo en su ilusión del amor, ignoró lo que seguramente su Juan le mostraba, y cómo años después, ante las vicisitudes por iniciar a temprana edad una vida de madre soltera se pregunta: “¿Qué hice para que me pasara esto?”

Una premisa fundamental

Autoengaños como los de nuestra protagonista son comunes en el amor y motivo de desenlaces con consecuencias trascendentales para quien deposita tales ilusiones en un otro. La explicación popular más conocida para este fenómeno es la que alude a que el enamorado o la enamorada queda “ciega” por el amor, o que fue el capricho quien hizo de las suyas y, aunque ambas suposiciones contienen algo de verdad, para la ciencia la explicación no es así de sencilla.

En el campo de la Psicología, una premisa que no se puede dejar de lado para explicar la conducta humana, incluidos los autoengaños en el amor, es la del aparato anímico, el cual es fundamento de la teoría forjada por el creador del Psicoanálisis.

Se podría decir que cada ser humano cuenta con su propio aparato anímico. Un sistema interno, que comienza a funcionar desde que somos parte de este mundo, el cual hace memoria, crea imágenes y huellas mnémicas, donde, además se representa todo aquello que nos acontece y en el caso de la vida adulta, donde se resignifica lo vivido.

Así mismo, este sistema psíquico tiene múltiples mecanismos, los cuales cumplen diferentes funciones y simultáneamente obedecen a determinados intereses. Podemos decir que es un aparato de extrema eficacia.

El yo es el que enferma y padece, el aparato anímico no

Es de esta última, la eficacia, donde se desprende el supuesto de que los malestares psíquicos que nos aquejan están sostenidos por la tensión provocada por el propósito del aparato anímico a dar cauce tanto a funciones como intereses que chocan entre sí. Dicho de manera popular, es un aparato, que, por el empuje de su vida interna, del mundo exterior y del propio Yo, termina por obedecer a varios amos, y como dice el adagio “El que a dos amos atiende, a uno le queda mal”.

En este caso, es la misma entidad psíquica llamada Yo, quien enferma, padece o termina por cargar las consecuencias de los conflictos que se desatan. Pero digamos que al Yo no le viene bien tomar consciencia de que en aras de alcanzar lo que desea, no le importa el daño que pueda hacer o hacerse. Por otro lado, “después del niño ahogado, a tapar el pozo”; es decir, una vez en la pena, el Yo puede hacer lo de Marcela, denegar.

¿Quieres saber más? Asiste a la charla psicoanalítica el viernes 19 de abril a las seis de la tarde, en las instalaciones del Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica A.C.-INEIP. Pide informes a los teléfonos 951 507 5550 / 951 132 85 34 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

[email protected] 

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