Pasar al contenido principal
x

CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO Romantización del desapego

desapego
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

En Facebook, un hombre contaba, a grandes rasgos, la siguiente historia

Un príncipe le pidió a una princesa que se casara con él. La princesa lo rechazó y a partir de entonces, el príncipe, que vivía solo, siguió con su vida haciendo prácticamente lo que le venía en gana. Comía lo que le apetecía sin tener que cuidar la línea, salía con sus amigos sin importar el día de la semana, bebía cuanto quería, mantenía relaciones sexuales con muchas parejas, gastaba su dinero en sus pasatiempos, y todo esto lo hacía sin ningún tipo de restricción; sin nadie que lo cuestionara o contradijera, ni lo llevara por compromiso a lugares donde no quería ir. De esa forma, el príncipe “vivió feliz para siempre”.  

En nuestros días, somos testigos de un interesante fenómeno en la esfera de las relaciones humanas: la romantización del desapego. Al parecer, cada vez más personas prefieren vivir sin relaciones afectivas sólidas buscando, en su lugar, la independencia y la realización personal, otorgando un lugar preponderante a la experiencia del placer. 

La preferencia por vivir sin relaciones afectivas

La preferencia por vivir sin relaciones afectivas sólidas a menudo se vincula con la tendencia a glorificar la independencia emocional. Una posible razón detrás de esto quizá sea la evasión del dolor. El desapego puede entenderse como una estrategia de defensa contra el potencial dolor y vulnerabilidad que pueden resultar de una decepción. En un mundo en constante cambio, algunas personas prefieren evitar al máximo las heridas emocionales que dejan las relaciones amorosas y la intimidad. Sin embargo, esta evasión puede ser contraproducente, ya que el aislamiento emocional puede devenir en soledad.

La prevalencia de la fugacidad en las relaciones afectivas, por otro lado, puede atribuirse a factores culturales y tecnológicos. La sociedad moderna fomenta la instantaneidad y la gratificación inmediata. Incluso, no se puede ignorar a la tecnología como un factor preponderante. Las aplicaciones de citas y las redes sociales facilitan la búsqueda de conexiones breves y superficiales.

El compromiso que no quiero

En este estado de cosas, es fácil concluir que el compromiso limita y restringe la sensación de placer. En realidad, aunque podríamos cuestionar si el compromiso suprime o no el placer, lo innegable es que sí lo transforma. Las relaciones comprometidas ofrecen una profundidad y riqueza emocional cuyos efectos pueden percibirse como más gratificantes en el largo plazo.

Para entender por qué algunas personas prefieren el desapego, ayuda a analizar las experiencias infantiles. Durante la infancia, se establecen las bases de nuestras nociones de placer. La forma en que los cuidadores responden a nuestras necesidades de niños influye de manera determinante en nuestra capacidad para experimentar el placer y el goce en las relaciones futuras. Si estas experiencias son percibidas como traumáticas o particularmente conflictivas, podemos llegar a desarrollar una aversión al compromiso emocional y buscar en el desapego la respuesta a nuestros deseos de bienestar.

  • ¿Quiere saber más? Escúchenos este viernes a las 12:00 horas a través de la frecuencia de Radio Univas. Emociones sonoras. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!
  • Síguenos en Facebook: Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica A.C.-INEIP o llámanos al 951 244 70 06 / 951 285 39 21.
  • [email protected]

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.