Pasar al contenido principal
x

CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO; Psicoanálisis, política y ciudadanía

portada-niña
Foto(s): Cortesía
Redacción

Alejandro José Ortiz Sampablo

 

El triunfo de la creencia; lo científicamente comprobado

Tercera de cuatro partes 

Una conducta que a inicios de este siglo se volvió común en los pacientes psicológicos que acuden a nuestro consultorio, es la de llegar con su diagnóstico en la mano —por decirlo de alguna manera—: "Tengo depresión", "padezco trastorno de ansiedad", "soy bipolar", "tengo déficit de atención", son de las expresiones más dichas al profesional. Por regla general no les contradigo su diagnóstico, en la mayoría de los casos son los pacientes quienes han llegado a tal conclusión; en otros, hay un médico de por medio.

Complicidad y víctimas

En la actualidad no nos es ajeno escuchar sobre los psicofármacos, posiblemente un amigo o familiar haya sido prescrito médicamente a tomar alguno de ellos, sea por ansiedad, depresión o alguno de los trastornos mentales actuales. En muchos casos, son los niños las principales victimas de los laboratorios en complicidad con los médicos y los propios padres. Lamentablemente, estos últimos prefieren poner en la boca del hijo una droga, que realizar una revisión de su vida familiar para encontrar qué aspecto de ella influye fuertemente en el origen de lo que le acontece al hijo o hija.

En el caso de los padecimientos mentales, es común encontrarse con diagnósticos nacidos de conclusiones apresuradas, reforzadas por la confianza que el paciente deposita en su médico o psicoterapeuta. Un dicho popular que me tocó escuchar desde pequeño, es el que reza de la siguiente manera: “En asuntos médicos y legales, es mejor contar con una segunda opinión”, tarea que resulta no grata para la entidad psíquica llamada Yo.

Buscar dicha segunda opinión eventualmente llevará al Yo a realizar tareas a las que posiblemente no desee prestar docilidad, pues le requerirá esfuerzo, gasto de tiempo, energía y dinero. Además, en caso de que la nueva opinión contradiga a la primera, el panorama se complica. Por un lado, tal circunstancia esforzará al paciente a buscar una tercera opinión, y por otro a comportarse como un investigador serio.

 

 

Comodidad o solución 

Es importante aclarar que en este artículo me refiero a lo que le llamamos malestares contemporáneos —lo que para otros ámbitos de la salud son los trastornos mentales—, y no de aquellos casos donde existen daños o disfunciones cerebrales. En estos últimos, el electroencefalógrafo es de gran ayuda para diagnosticarlos, mas no así en donde habrá de tomar el psiquismo del paciente. 

El hecho de que, ante un padecimiento mental dos profesionales tengan opiniones distintas, coloca al Yo en la disyuntiva de ¿a quién darle la razón? La respuesta puede provenir de la estadística, es decir, si la tercera opinión coincide con una de las anteriores. Sin embargo, recordemos que no porque la mayoría esté de acuerdo con una idea, eso significa que sea la adecuada o correcta. 

Continuará el próximo lunes…

¿Quieres saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 132 8534 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

Síguenos en Facebook: Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica A.C.-INEIP o llámanos al 951 244 70 06 / 951 132 85 34.

[email protected]

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.