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CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO; Padre débil y madre sirviente

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Alejandro José Ortiz Sampablo

 

Última de dos partes

La combinación perfecta para un hijo canalla

Este viernes, en "La hora del deseo"

 

Hace días, en una red social vi un video corto extraído de la entrevista que el periodista Ciro Gómez Leyva realizó a una de las candidatas a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, donde él menciona: “no hay un sólo dato que indique que en el 2012 había más violencia que hoy".

Palos de ciego

Es sabido que se utiliza el índice de violencia para medir la eficacia de los gobiernos en temas de seguridad, sin embargo, anclarse en esa discusión es erróneo. Para muchos se tratará de tener un mejor cuerpo policiaco, sistema judicial, mejor armamento para combatir la delincuencia, entre otras medidas de este tipo, pero de esta manera no se resuelve de fondo el problema.

Puedo suponer que el periodista hace el comentario, en un intento de crítica de la postura inicial del actual gobierno de “Abrazos y no balazos”, es decir, que debió tomar medidas más severas contra el crimen. Sin embargo, el castigo o la promoción del miedo para persuadir al delincuente a no delinquir no siempre dan resultado; de ello podemos encontrar un sinnúmero de ejemplos.

Por otro lado, la situación actual respecto al incremento de la violencia, así como algunas de sus causales, como la desigualdad social y la pobreza, no podríamos achacárselas al gobierno de la 4T, pues las consecuencias de la manera en que el presente gobierno dirige o dirigió el país, las recibiremos en un futuro cercano, no de forma inmediata. Algo similar sucede con nuestros hijos.

El manipulador de la realidad, el Yo

La sentencia que da título a esta nota pudiese escandalizar a la entidad psíquica llamada Yo; incluso pudiese darse el caso de provocarle confusión, a tal punto de que no sepa definir o finja no saber que es un padre débil, una madre sirviente del hijo, o un canalla. En el párrafo anterior mencioné dos causales del incremento de la delincuencia, y pudiera agregar muchas más, pero una que va a ser fundamento, es la disposición psíquica que, en la persona, en este caso del que delinque, se fijó desde la más tierna infancia con el mundo exterior. Y es la relación que el niño establece con los padres la que define su comportamiento con los demás. 

La anécdota que les compartí en la nota anterior es una instantánea, donde no requerimos más para deducir de ella, que es un padre débil, una madre sirviente del hijo, y en el caso de este último, su actitud canalla. Aunque podemos sopesar que esta última, puede ser el resultado de algo más, como por ejemplo de una situación anterior de la que fui espectador, como una discusión de camino al puesto de memelitas, la actitud que pudiese tener el padre con la madre en su vida cotidiana o con el mismo hijo.

Sin embargo, podemos plantear la siguiente interrogante: ¿por qué un padre puede recibir una mirada de la manera descrita, sin que éste reprenda al hijo? He de mencionar, que en la lógica que se vive actualmente, la pregunta puede ser absurda, pues si los padres lanzan esas miradas a los hijos, estos ¿por qué no habrían de hacerlo a su vez?

Como padres, pocas veces reflexionamos que la relación con nosotros, que se define en nuestro trato cotidiano con ellos, es la que marca el comportamiento del hijo adulto. Podremos darles enseñanzas en palabras, pero las que se fijan son las que les transmitimos en actos; es en esta dinámica -que deja huella en lo psíquico-, entre padres e hijos donde se generan los trasgresores de la ley, y en ello el gobierno de un país no interviene, pues son procesos subjetivos.

¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en La hora del deseo, por Radio UNIVAS. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 132 8534. 

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