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CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO; El narcisismo de los padres: una venda sobre los ojos

narcicismo-padres
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

Este viernes, en "La hora del deseo"

 

No son pocas las ocasiones en que la percepción de los progenitores sobre la realidad de sus descendientes se ve afectada por un fenómeno fascinante: el narcisismo parental. Esta especie de “venda sobre los ojos” puede afectar la comprensión de los padres sobre las acciones de sus hijos, sumergiéndolos en un autoengaño que busca preservar la integridad del Yo.  

Imaginemos a la madre de una niña de sexto año, cuya conducta en la escuela ha generado preocupación entre sus educadores. La profesora está consternada por las quejas reiteradas sobre su alumna guardando en su mochila las pertenencias de sus compañeros y cita a la madre para abordar la situación. Sin embargo, como respuesta, la madre se resiste a aceptar las observaciones de la profesora. Asegura conocer a su hija a la perfección y sostiene que es imposible que su hija presente tal comportamiento, ya que desde pequeña le inculcó el valor de la honestidad. 

Los padres solemos guardar una autoimagen de nuestro papel como educadores, misma que, al estar idealizada, se interpone entre nosotros y la objetividad necesaria para comprender y valorar el comportamiento de nuestros hijos. Este fenómeno, es un autoengaño del Yo con el cual busca preservarse. 

Un Yo ideal 

En el núcleo del narcisismo parental se encuentra la construcción de un Yo idealizado, una imagen fantasiosa que los padres tenemos de nosotros mismos como modelos a seguir. Este Yo idealizado, que es una amalgama de creencias sobre la propia competencia y virtud, actúa como una venda que distorsiona la percepción de la realidad. Los padres se aferran a esta imagen para mantener su autoestima y se resisten a cualquier evidencia que amenace con desgarrar esa ilusión.  

En el caso de la madre de la niña, la creencia arraigada en que ha inculcado la honestidad en su hija desde temprana edad actúa como su escudo protector. La posibilidad de que su pequeña esté tomando posesiones ajenas desafiaría esta narrativa construida, generando una resistencia natural a aceptar cualquier información que contradiga la percepción que la madre tiene sobre sí misma. 

 

 

El viaje del desengaño 

Superar el narcisismo parental implica un viaje hacia el desengaño, un proceso doloroso pero esencial para el crecimiento emocional tanto de los padres como de los hijos. Este viaje requiere abrirse a la posibilidad de que un hijo, como cualquier otro ser humano, pueda cometer errores. Implica también reconocer la complejidad del desarrollo infantil. Los hijos, en su búsqueda de identidad y autonomía, pueden comportarse de maneras que desafíen las expectativas de los padres. Aceptar estas realidades, en lugar de negarlas, es un paso crucial para responder mejor a las necesidades emocionales y sociales de nuestros hijos.  

Sin embargo, este viaje no está exento de desafíos, pues como lo mencioné reconocer las propias inconsistencias como padres puede ser doloroso, pues el ideal del Yo se opone a tal acción del pensamiento de la razón, pues al parecer separar las proyecciones que hacemos de los hijos de nuestro ideal tiene tres destinos: mirarlos como reflejo de dicho ideal; exigirles que lo cumplan sea de manera severa o tierna; y el de rechazo por no cumplirlo, pero finalmente el soporte es el mismo, el narcisismo primario. Pudiese haber un tercer, pero al parecer es un imposible.

¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en La hora del deseo, por Radio UNIVAS. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921. Y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

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