Con la premisa “Cada quien elige el tamaño de la cebolla con la que quiere llorar”, frase de Frida Kahlo, llega el taller número tres, del ciclo de Constelaciones familiares titulado “Contigo pan y cebolla”, que impartirán los consteladores sistémicos Fernando López y Teresa Estrada, con la participación de Claudia Campos, con una propuesta de biodanza. Este ciclo de cursos se enfoca en que cada persona que trabaja en su sistema pueda lograr el bienestar a través del autoconocimiento y la recuperación del poder interior.
En entrevista, la terapeuta Teresa Estrada, compartió que este taller tiene el propósito de revisar cuáles son las relaciones a nivel intergeneracional: “los primeros con los que nos relacionamos en ese nivel son con nuestros hermanos. Lo que nos va a distinguir es el orden de llegada, sólo que ocupamos el mismo rango frente a nuestros padres. También revisaremos cómo nos llevamos con nuestros colegas, socios y pareja. Cada asistente podrá mirar cómo están sus relaciones y qué lo ha estado bloqueando para que no pueda desempeñarse de una manera llena de bienestar”.
Fernando López, terapeuta, explicó que el taller de este sábado consistirá, en un primer momento, en ejercicios enfocados a abrir el camino para poder conectar, desde el fondo, en cómo está el participante. “Cada ejercicio irá sensibilizando y dará la oportunidad de mirarse para ver cómo estamos, sin el discurso que nos contamos. Es decir, poder hacer un propio autodiagnóstico de cómo estamos relacionados. Cuando tengamos eso claro, entonces podremos encontrar caminos de solución y a partir de ello, cambiar la perspectiva de cómo estamos mirando nuestras relaciones. Al cambiar la perspectiva, también puede cambiar el sentir”.
El autoconocimiento, vital para el ser humano
Los terapeutas consideran la importancia del autoconocimiento, le permite a cada ser humano recuperar su poder y dignidad: “La importancia de asistir a un taller que genera o da herramientas de autoconocimiento tiene varios beneficios, uno es que puedes volver a reconectar y reconocer tu poder. Moverte del que sólo recibe los efectos del externo, a tener el poder sobre ti y de cómo vas a responder ante lo que sucede” apunta Fernando López.
Y refiere que frecuentemente se piensa que ir a un taller de autoconocimiento está asociado con cierta conquista de felicidad, lo cual desde la perspectiva sistémica, él no lo considera así: “Es un comienzo para reconectar con ciertos recursos que todos tenemos, pero que por nuestra historia los fuimos desconectando, así que al conectar con ellos, comenzamos a responder mejor, nos acercamos a tener control de algo. Eso te regresa cierto poder de elegir sobre ti; cambia tu estar en la vida. Te permite hacerte cargo y conocer tus diferentes recursos: desde creatividad y entusiasmo, hasta la dignidad que te hace responder diferente ante cualquier circunstancia”.
El asomo a la mirada sistémica
Luego del boom de la serie en streaming “Mi otra yo”, algunas personas se sintieron atraídas a averiguar lo que son las constelaciones familiares. Sobre ello, Teresa Estrada considera que aunque varias personas sintieron curiosidad por quererse asomar a la mirada sistémica, ha observado que a un taller o sesión de este enfoque, sólo asistirán las personas que realmente tengan el permiso de su sistema, para poder abordar algún tema.
“Lo que ves en un ejercicio sistémico o una constelación es lo que le ha estado acontecido a tu sistema, que ahora se refleja en el presente, pero que tiene que ver con cuestiones anteriores. Cuando una se acerca a esta herramienta con sinceridad, respeto y con el permiso de los ancestros, entonces se da una constelación o la oportunidad de llegar a un taller de constelaciones. Así se representa el permiso de la energía de la cual todos formamos parte”.
Al hablar sobre quiénes obtienen permiso para hacer este trabajo, en el sistema familiar, tanto Fernando como Teresa subrayan que quien lo hace es quien quiere hacer algo diferente y al estar en esa búsqueda, viene el permiso.
Un ejemplo es: “Si en el sistema alguien era clasista, de repente alguien se enamora de otra persona que no es de la misma clase social. Este evento hará que esta persona busque una forma de hacerlo diferente. Representa a lo que denominan la oveja negra, que es la que busca hacer algo diferente, y con lo que haga va a contribuir a la expansión o crecimiento del sistema.
Luego de este taller enfocado a las relaciones con los pares, vendrá el último curso de este ciclo de talleres, que se titula “Ay mis pendientes”. En este los participantes podrán revisar cómo van a cerrar el año, los pendientes, la reconciliación, la abundancia, la vida y la salud. “El taller es para tener una mirada más biográfica, reconstruyendo cómo estuvo el momento actual y mi nacimiento, hacer un recorrido de cuál es mi pendiente, por ejemplo un pendiente puede ser sonreír, comernos algo rico, arreglar el asunto que hemos postergado o proyectos familiares”. Los talleres van dirigidos a cualquier persona interesada, mayor a 18 años.
