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Concierto “Lila Downs and friends”: una reunión entre paisanos

Lila Downs
Foto(s): Carina Pérez García
Carina Pérez García

El viaje sonoro que ofreció la consentida del público oaxaqueño, Lila Downs, fue un regalo de dos horas. Con un formato en el que voces de sus paisanos se sumaron a la de ella, así como el talento de músicos, la artista con raíces en Tlaxiaco compartió el escenario del Auditorio Guelaguetza con invitados como: Amandititita, Jazz Matías, los hermanos Martell, el dueto Dos Rosas, María Elena Ríos, Gil Sánchez, la Banda “La Misteriosa” y su familia musical de siempre, bajo la dirección musical de Paul Cohen. 

Ataviada de un atuendo de San Melchor Betaza, con sus trenzas, la cantante subió al escenario en medio de aplausos, para que los más de 10 mil asistentes pudieran cantar “Al son del chile frito”, con la presencia de los cachudos de Santa María Coyotepec, que abrieron el concierto. Enseguida subieron al escenario las mujeres mazatecas de Huautla de “María Sabina”, como las presentó Lila, para acompañar con su baile “La Sandunga”; luego interpretó “La Sanmarqueña”, para luego hacer un cambio de vestuario, durante el que le dejó el escenario al jarabe ejuteco. Delegaciones de varias comunidades del estado la acompañaron durante el recital de dos horas. 

La primera invitada  fue Jazz Matías, que además es su vecina en la Panorámica del Fortín. Representando a Oaxaca de Juárez, las chinas oaxaqueñas de “Genoveva Medina” subieron al escenario para deleite de los asistentes, con sus vistosas faldas y contagiando alegría a su paso, acompañadas de los faroleros, sus canastas de flores, los toritos y una imagen de la Virgen de la Soledad.  

La nostalgia y el sentimiento se hicieron presentes con temas como: “Urge” y “El último trago”, en cuya interpretación la cantante aceptó un trago de mezcal de una paisana del público. La delegación de la Danza de la Pluma, de la Villa de Zaachila, cautivó a los presentes, que luego dieron la bienvenida a sus paisanas de la mixteca, de San Martín Sabinillo, el dueto "Dos rosas”, que son Sheyla y Emily Rosas, con quienes interpretó una de las canciones que escuchaba Frida Kahlo, “El venadito”, que por cierto Lila Downs recordó, cantaba en sus inicios en El sol y la luna, bar de la ciudad de Oaxaca.

Otra de las sorpresas fue la interpretación del tema “Clandestino”, para el que tuvo la participación de Amandititita; los hermanos Martell, con quienes cantó “Naela” y “El feo”, temas que acompañaron los sones de la delegación de Juchitán de Zaragoza.  

A lo largo del concierto, la cantante lució atuendos originarios de Tlaxiaco y San Juan Colorado e interpretó canciones como: "La campanera”, “Cariñito”, “Zapata se queda”, “Son de Juárez” -con la presencia de los zancudos de Zaachila-, “La cumbia del mole” y  Mezcalito”. Para el cierre del recital invitó a la saxofonista María Elena Ríos, para interpretar “La llorona”; al término de esta canción sostuvieron una manta con tres corazones: uno morado, verde y rojo,  para despertar entre los asistentes el grito de: "¡Justicia!". Luego, la cantante dejó el escenario del Guelaguetza a la banda "La Misteriosa", que el público disfrutó durante más de una hora. 

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