Pasar al contenido principal
x

“Si una lagartija entra al análisis, sale una lagartija analizada"

largatija
Foto(s): Cortesía
Redacción

Primera de tres partes: El engaño de muchos / Alejandro José Ortiz Sampablo

En el seminario que trata sobre “El inicio de la práctica clínica”, durante ocho meses de trabajo hemos realizado un recorrido por varios escritos freudianos, con la finalidad de que los participantes obtengan el conocimiento necesario para el ejercicio de la atención psicoanalítica. De esos textos -que escogí para impartir el seminario-, hay uno en particular que nos muestra, en momentos precisos, cómo es el proceder y en qué consiste el método de investigación del alma, creado por Sigmund Freud, “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”.

Para comprender los textos psicoanalíticos

Al paso del tiempo, cuando realizo el trabajo de transmisión del Psicoanálisis, reafirmo que los textos escritos por Sigmund Freud no son comprendidos del todo, pues a pesar de que son claros, tanto por el lenguaje como por el estilo de escribir del autor, se requiere para su comprensión tres condiciones de parte del lector: Primero, un análisis personal, donde el ejecutante -el analista- se haya servido del mismo método; esta aclaración es importante, ya que, eventualmente, algunas personas que se colocan en el lugar del analista, no tienen la menor idea del método.

Segundo, ejecutar el método en otros, es decir, encontrarse con las dificultades de la escucha, así como de la aplicación de eso que Freud nos narra en sus casos clínicos y en su teoría. La tercera condición -que sin ella la dimensión del constructo teórico no cobra esa justa dimensión-, consiste en esforzarse por transmitir el Psicoanálisis; digo “esforzarse” porque lo común es hablar en términos y fanfarrias que solo impresionan a la entidad psíquica llamada Yo, lo que le viene muy bien para ocultarse en el discurso mismo.

Los peligros de la carencia de una formación

A mis 18 años, cuando recién tomaba contacto con el Psicoanálisis, escuché decir a varios sujetos, que en ese momento se decían psicoanalistas, la siguiente expresión: “si una lagartija entra al análisis, sale una lagartija analizada”. Esta frase, por algún tiempo me causó confusión, pues dichos individuos la decían en alusión a que el objetivo del análisis era ese, solamente analizar. Hubieron de pasar varios años, de análisis y de transitar por la formación como psicoanalista, para que comprendiera que lo que estaba oculto en dicha frase, es que ellos mismos no pretendían alcanzar un leve cambio en sus formas particulares de goce, aun cuando estas implicaban tropelías contra otros y otras: algunos maltrataban a sus parejas sentimentales, física, psicológicamente o de ambas formas; otros eran alcohólicos, unos más vivían entregados a su ímpetu sexual.

Dichas manifestaciones psíquicas, bien se pueden agrupar en una sola, que Freud nombró “placer de órgano”, es decir, la frase que alude a la lagartija es porque ellos mismos no pretendían hacer algo distinto con su placer de órgano, más que encontrar en los constructos freudianos la justificación plena para seguir en ello, aun cuando las consecuencias de su actuar pudieran afectar a muchas personas. Lamentablemente, estas consecuencias también alcanzaron al Psicoanálisis, pues quienes han tenido contacto con estos individuos, se han hecho una idea equivocada de la disciplina que a Freud le llevó toda una vida construir.

Continuará el próximo lunes...

¿Quieres saber más?  Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.! Escúchanos este viernes en punto de las doce del día por: https://www.facebook.com/RadioUnivas

[email protected]

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.