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Consultorio del Alma Cuenta Conmigo: Mi trébol de cuatro hojas

Consultorio del alma cuenta conmigo
Foto(s): Cortesía
Alejandra López Martínez

Alejandro José Ortiz Sampablo // El giro del destino

En la nota del miércoles pasado les comenté que, al iniciar a escribirla, pensaba dedicársela a las desavenencias que me acontecieron con algunas personas durante el tiempo que duró la mudanza del INEIP A.C., con la finalidad de elucidar la dinámica psíquica en juego en tales eventos.

El apremio de la vida

Puedo asegurar que no hay ser humano que escape de encontrarse con individuos que nos hagan pasar un trago amargo. Sin embargo, cuando esto sucede al momento de comenzar un nuevo proyecto, tales experiencias nos pueden dejar la vivencia de haber empezado con el pie izquierdo. Como es sabido, las cosas y situaciones cambian, es una ley de la vida, pero habrá de tomar en cuenta que la actitud de la persona influye de manera determinante en dicho destino.

Como todo individuo, he tenido momentos de arrebato y tontería; hoy sé que muchas veces solo hay que esperar a que el sentido del viento cambie para izar velas nuevamente, y, ¿por qué no?, valernos del poder de la sugestión y adoptar un amuleto de la buena suerte. En este punto, algunos colegas podrían rechazar tal idea -de ser así, les estaría dando un título muy elevado-; sin embargo, cometerían un error, pues con ello mostrarían la ignorancia de una parte fundamental en el tratamiento psicoanalítico, que influye sobremanera en la Dirección de la cura, el poder de la causa eficiente, la sugestión.

La mejor compañía del mundo

Un amuleto de esa índole lo encontré de manera inesperada. El sábado pasado, mi hijo y yo teníamos dispuesto acudir al cine, a ver la película "Spider-Man: No Way Home". La función era a las 20:45 horas; no obstante, antes pasaríamos a comer, a comprar una refacción para la camioneta y a realizar un mandado. Meses atrás me comentó que había visto en internet una cafetería que se ubica en Avenida Ferrocarril, a la cual quería ir, pues se le antojó lo que vio. En aquella ocasión, desde que llegamos tuvimos una grata sorpresa, el lugar es muy agradable, Héctor y yo nos sorprendimos porque pensamos que al estar retirado no habría tanta gente; finalmente, quedamos con muy buen sabor de boca. A partir de ese momento, este lugar se convirtió en una de nuestras cafeterías favoritas.

Buena fortuna

La tarde del sábado decidimos comer en esta cafetería; cuando pedí la cuenta, me solicitaron anotar mi nombre y teléfono en el ticket para una rifa con motivo del aniversario de la cafetería, mismo que se cumpliría al siguiente día. En la noche del domingo, recibí buenas noticias y regalos, además que me encontraba a punto de iniciar el acomodo de las cosas en la nueva casa, principalmente mi consultorio, así que el ajetreo continuaba. De regreso, al dejar a mi hijo, pasé a ver a mis padres y al momento de tomar rumbo a mi casa, recibí la llamada de una gentil joven, que me informaba que había resultado ganador del tercer lugar de la rifa. He de confesar que la noticia la recibí no con tanta emoción; incluso, todavía pregunté si podía pasar otro día por el obsequio. Cuando concluyo la llamada me dije: "estás tonto o qué tienes, pocas veces te ganas algo en una rifa"; así que decidí desviar el camino, y pasar a la cafetería, por lo que llamé "mi trébol de cuatro hojas", no sin antes darle la noticia a mi hijo, quien se emocionó conmigo.

¿Quieres saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

[email protected]

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