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Consultorio del Alma, cuenta conmigo: Hijos tiktokeros

tiktok
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

La semana anterior hablábamos de los hijos que trolean a sus padres para subir esos troleos a las redes y exhibirlos en posturas descompuestas. Decíamos que lo anterior era producto de la escasa determinación de muchos padres para establecer límites claros en el trato con sus hijos; esto, a su vez, producto del no querer lidiar con su odio y las manifestaciones de su frustración.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, en las relaciones de padres y madres con sus hijos, era un imperativo social ejercer la autoridad y esto muchas veces se hacía de forma vertical —y no pocas veces violenta—, en un marco en el que no había lugar para argumentar un punto de vista contrario al de los progenitores. En resumen, una de las virtudes de un buen padre era ejercer la autoridad, mientras que un mal padre se caracterizaba por no atender esta obligación. No cabe duda, y la vida cotidiana está ahí para contrastar lo que ahora digo: los valores se han invertido. No hay nada peor que un padre “autoritario” y nada mejor que uno comprensivo y “buena onda”.

Es muy fácil, en la actualidad, caer en malentendidos y considerar a la disciplina como “opresión” y a la permisividad como “libertad”; pero en esta dicotomía se esconde una trampa: la permisividad con los hijos es expresión de la liberalidad que los padres quieren o han querido para sí mismos.

Ser influencer

Recientes estadísticas globales muestran un dato inédito. Ser influencer, youtuber o tiktoker se ha vuelto una meta aspiracional de desarrollo profesional, es decir, el número de jóvenes que se están tomando muy en serio la idea de dedicarse a crear contenido para los medios digitales, está superando a los que quieren ser médicos y abogados. En esto hay que ser muy claros: hay jóvenes talentosos quienes, desde la sencillez de sus recursos, han logrado crear verdaderos medios informativos o de entretenimiento y han profesionalizado de muchas formas este quehacer. Sin embargo, muchos de quienes tienen esta aspiración suelen pensar que en ello se trabaja poco, de forma relajada y con grandes beneficios.

El otro Tik Tok

Empieza a evidenciarse de forma cada vez más documentada, que una de las aplicaciones más populares del mundo (Tik Tok) no funciona de la misma manera en occidente que en el lugar donde se originó (China). Todos sabemos que en México, Tik Tok nos permite ver a nuestros jóvenes ejecutando toda suerte de bailes eróticos, haciendo bromas, exhibiendo simpatía y admiración por grupos criminales, intentando retos virales absurdos y hasta peligrosos, metiéndose objetos por las narices y un sinfín de cosas por el estilo.  Si hacemos el experimento mental de pensar en jóvenes chinos (gracias al Tik Tok), llegarán a nuestra mente imágenes de muchachos graduándose, practicando algún deporte, tocando algún instrumento, ejecutando complicadísimas coreografías, resolviendo retos matemáticos, etcétera. ¿Quiere decir esto que los jóvenes chinos no hacen tonterías y que los mexicanos no son inteligentes, dedicados y serios? Es obvio que no, pero también es obvio que hay un sistema que le interesa fomentar valores y actitudes distintas para ambas partes del mundo.

¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en La hora del deseo, por Radio Univas. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921.

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