Alejandro José Ortiz Sampablo / Primera de tres partes
Queridos lectores, quiero compartirles una reflexión a la cual llegué después de tener una semana algo extraña. Posiblemente esta se debió a que gran parte de mis pensamientos estuvieron ocupados en esclarecer los motivos por los cuales los seres humanos enfermamos del alma. Dicho en términos psicoanalíticos, por qué los individuos caemos en estados neuróticos graves.
La escucha analítica
Además de la posibilidad de escuchar a un sinnúmero de pacientes durante la semana, me di a la tarea de mantener la atenta escucha fuera de la atención clínica, cosa que no acostumbro a hacer, pues esto resulta agotador. Cabe resaltar que la escucha analítica es una práctica que se logra después de varios años de ejercitarse en ella, en donde es de esperar que el analista se haga acompañar de otro, el cual tiene dicha experiencia. Este paréntesis es necesario, pues dado el tema que abordaré, podrá generar la confusión de que el punto de vista proviene de la moral, ya que este ha sido tema de la religión y de la filosofía.
Los ropajes del Yo
Formarse como psicoanalista eventualmente resulta complicado para quien decide alcanzar tal meta, ya que no es suficiente ser un excelente estudioso de la teoría psicoanalítica, dicho sea de paso, eruditos de ella abundan dentro del campo. La mayor complicación para quien decide formarse como psicoanalista la encuentra en los ropajes que visten al Yo, solo que, al momento de iniciar el mencionado recorrido, la persona carece de toda idea al respecto. Esto se debe a que dicha entidad psíquica, el Yo, difícilmente se puede observar a sí mismo sin caer en la denegación, es decir, en dar plena justificación de su actuar. Uno de estos ropajes es lo que llamamos egoísmo.
Egoísmo y autoconservación
Es sabido que religión y filosofía son más antiguos que el Psicoanálisis, por lo que sería atrevido y hasta tonto no tomar en cuenta el conocimiento que se decanta de ellos.
Thomas Hobbes (1588-1679), filósofo inglés, quien es considerado por muchos como uno de los fundadores de la política moderna y quien, dentro de la tradición liberal, abordó la dicotomía entre egoísmo y altruismo con el fin de explicar la vida política y social, sostuvo la teoría de que la naturaleza humana tiende a la autoconservación, característica que hace innato que la raza humana sea egoísta. Habrá de detenernos a reflexionar al respecto.
Todo animal sobre este planeta obedece a las leyes de autoconservación de la especie; ni siquiera el ser más diminuto escapa de tal ley. ¿Acaso por ello habrá de concluir que la naturaleza empuja a los seres vivos al egoísmo?; encontrar en esta verdad la justificación del egoísmo humano, es inteligente por parte del yo, solo que al hacerlo dejaríamos fuera una tendencia de esta entidad psíquica, la plusvalía, la ganancia de placer extra que en cada acto cotidiano puede obtener, ya sea en el momento mismo o a posteriori. Los conejos, por nombrar algún animal, no crean modelos económicos, ellos solo obedecen a un impulso, la autoconservación.
Continuará el sábado…
¿Quieres saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!
