Daniela Clarisa Concha León
Un problema que aqueja a muchos jóvenes es la falta de ánimo, la cual es recriminada por parte de los progenitores, muchas veces de manera injusta y apresurada; incluso se les olvida que ellos mismos pasaron por esa etapa, pero ahora, al ser padres, juzgan esas conductas con severidad.
Para algunos adolescentes, realizar las actividades cotidianas es un suplicio, no se diga de aquellas que requieren un mayor gasto de energía y esfuerzo. Si a ello agregamos que la educación que les brindan los padres de hoy a los hijos no les proporciona las herramientas necesarias para resolver cosas prácticas de la vida, el panorama para los jóvenes resulta desalentador.
Dentro de la clínica psicoanalítica, es recurrente recibir a jóvenes que, al parecer, no tienen motivos para vivir, el mundo les resulta injusto y carente de alicientes para mantenerse dentro de él.
Te cuento una anécdota, sacada de la ficción, pero cercana a la realidad.
Jorge, desde la secundaria, tenia un sentimiento de vacío, o así lo expresaba a su mejor amigo. No entendía el origen de éste, pero le avergonzaba hablar de eso, pues consideraba que su vida no era complicada. Por otro lado, creía que era mejor guardarse esos sentimientos, ya que sólo estorbaban a lo que se proponía realizar. Mencionaba constantemente que deseaba dedicarse a la escritura, principalmente del género de terror, y ser reconocido por ello.
Sin embargo, al ingresar al bachillerato se enfrentó con una realidad, su deficiencia en las materias de Gramática y Ortografía. Sus profesores le decían que tenía que esforzarse un poco más, pues sus escritos estaban plagados de errores de redacción, pero que sus historias eran buenas y originales.
Para Jorge eso no fue agradable, lo atravesó más el dolor por el señalamiento de sus carencias que el halago a su talento. Se cuestionaba constantemente por qué no tenía lo necesario, pues a su parecer, todos sus compañeros eran capaces, menos él. Fue en ese instante que decidió abandonar su sueño. Ahora, a sus 33 años, deambula por la calles soñando que pudo ser un gran escritor.
Reflexión
Para quien no conoce las leyes a las que obedece la vida psíquica, dirá: “fue falta de motivación”, “no fue resiliente", “no se comprometió con su sueño” o que “le faltó hambre de triunfo”. Pero son conclusiones apresuradas. En la clínica psicoanalítica difícilmente nos dejamos guiar por lo que deja traslucir la persona, pues incluso sus dichos están matizados de un proceso psíquico llamado “desmentida”. Por lo que llevamos al paciente a que nos hable de su vida, situación que en Jorge se torna complicada, pues como dijo, “le avergüenza su desánimo”. Es en ese punto donde entra la labor del psicoanalista.
Una función del método psicoanalítico es encontrar el sentido oculto de aquello que aqueja al paciente, pues sabemos que es infructuoso intentar motivarlo, que sólo la escucha de aquel que tenemos de frente nos dará el elemento para seguir el rastro de lo que llamamos síntoma.
¡Solicita una asesoría psicoanalítica con nosotros! Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 132 8534 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!
